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y, además, con los discursos de los dos Prelados.
Este joven ingresó después en la Compañía de
Jesús.
Habíase anticipado la fiesta en Valsálice para
no estorbar la del Oratorio, donde también se
quería la presencia del Cardenal, el cual se
mostró tan complaciente que se quedó allí hasta
muy avanzada la tarde. Escribe el Boletín de
febrero:
<>.
Era la primera vez que se celebraba la fiesta
de san Francisco de Sales con la asistencia del
Arzobispo y por añadidura Cardenal; y no se dejó
de poner de relieve este detalle en la circular de
invitación redactada por don Juan Bonetti y
firmada por don Bosco; por lo que, aunque fuera un
día de trabajo, la asistencia fue muy grande. El
Eminentísimo Cardenal pontificó por la mañana y
por la tarde. Apareció en la iglesia ((**It17.23**)) por vez
primera el cuadro del santo Patrono, pintado por
Rollini, que fue colocado en el altar de san
Pedro.
Don Bosco, considerando aquel día como uno de
los más felices del Oratorio, invitó a comer a
unos cuarenta bienhechores, que hicieron digna
corona al Arzobispo. Fue prioste de la fiesta el
coronel de la reserva Carlos Rocca. A los postres
se interpretó un entusiástico himno, original de
Lemoyne y con música de Dogliani, que expresaba a
su Eminencia la vivísima alegría de don Bosco y de
sus hijos 1. Brindaron varios; al final se levantó
don Bosco. Alabó ante el Arzobispo a los
sacerdotes y seglares presentes, declarándolos a
todos beneméritos de las instituciones salesianas,
todos encariñados con su Eminencia, todos
fidelísimamente adictos al Padre Santo León XIII y
dispuestos a dar hasta la vida por la religión
católica. Dio las gracias al Cardenal
1 Ap. Doc. núm. 3.(**Es17.29**))
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