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DON CELESTINO DURANDO propone que también se
añada a la carta esta promesa: Pasará alguno de
nosotros por Nápoles, camino de Randazzo, y se
detendrá para ver el Instituto.
EL CAPITULO aprueba.
De las cuatro casas una estaba en Nápoles, otra
en Casoria a poca distancia de Nápoles, y dos en
Molfetta. Con el tiempo la benéfica obra sufrió
modificaciones y traslados, hasta que el cardenal
Sanfelice hizo que se constituyera en un ente
moral bajo la presidencia del Arzobispo pro
tempore, concentrando a los niños en un gran
edificio situado en el barrio de Tarsia, y a las
niñas en Casoria. Después de varias vicisitudes,
su segundo sucesor, el cardenal Prisco, logró que
don Miguel Rúa enviara a los Salesianos, que han
proporcionado gran prosperidad a la sección
masculina, interesándose también por la femenina,
dirigida por religiosas.
En Catania (Sicilia) estaban siempre a la
espera. El arzobispo Dusmet pedía en el mes de
enero que, en la próxima primavera, se abriese en
su ciudad un colegio para aprendices: pero don
Bosco mandó contestar que no se podía tan pronto;
recomendando que se emplearan términos que
suavizaran la demora. Más tarde el celoso Pastor
pidió que enviara ((**It17.327**)) en
seguida un Salesiano al menos para dirigir un
oratorio festivo y unas escuelas elementales. Se
deliberó buscar el sujeto idóneo.
-En Catania es necesario tener una casa, decía
don Juan Cagliero. Cuando uno de los nuestros
llega a aquella ciudad tiene que ir a la fonda.
Ahora que ya estamos en Sicilia, hemos de pensar
en echar allí buenas y hondas raíces. Si no se
abre la casa en Catania, estoy decidido a mandar
regresar a las Hermanas, porque tal como están,
carecen de apoyo. El Arzobispo se conforma con que
vayamos, aunque no sea más que para comenzar. Ya
no es posible dar largas, pues él tiene la
obligación de darlo a otros, si nosotros no
aceptamos.
Don Bosco, después de oírlo todo y a todos,
dijo la última palabra;
era absolutamente necesario abrir aquella casa; y
si faltaba personal, se disminuyese el de otras
casas; porque se habían hecho promesas al
Arzobispo y no se habían cumplido. Y así quedó
determinado 1.
Mientras tanto los sectarios de Catania no
dormían y como se olían la llegada de los
Salesianos, intentaron desacreditarlos ante la
opinión pública. Apareció de improviso en su
periódico esta tendenciosa noticia 2. <(**Es17.283**))
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