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((**Es17.258**) Por último, la situación presente de las cosas, las comodidades introducidas, la mayor facilidad para mantener el orden, gracias a la oportuna división de los superiores, unos para dirigir a los aprendices, otros para dirigir a los estudiantes. Proclamó como vínculo indisoluble para promover y mantener este orden la santa obediencia. -Muchos, siguió don Bosco, vienen a hablarme y me dicen: <>. Y yo les doy el que creo más oportuno; pero, creedme, hijos míos, íguardad nuestras santas Reglas! Ese es el mayor y más querido recuerdo, que este vuestro pobre y anciano padre puede dejaros. Las Reglas están aprobadas por la Santa Madre Iglesia que no se equivoca nunca; por consiguiente, obedeciéndolas, nosotros obedecemos inmediatamente a Dios. >>Cuántos hay en este mundo que tengan la suerte de poder decir: <>. No me detengo a desarrollar puntos tan bellos y tan importantes, que necesitarían por sí mismos libros enteros. Mis escasas fuerzas no aguantarían largos razonamientos; por otra parte, estas verdades ya os fueron explicadas. Concluiré, pues, con un pensamiento, que me interesa muchísimo. El Apóstol san Juan, cuando pasaba ya de los cien años y no podía hablar largo rato de las cosas de Dios, se hacía llevar a la iglesia y repetía a los discípulos reunidos: Dilígite alterutrum (Amaos unos a otros) y nada más. A veces los discípulos le preguntaban: <<>>Y después de esto, qué más hemos de hacer?>> íDilígite alterutrum!, repetía. Pero cansados los cristianos de oírle siempre el mismo consejo, le rogaron humildemente que les diera alguna explicación de su insistencia. <>. Lo mismo os digo yo a vosotros, queridos hijos míos. Amaos los unos a los otros, socorreos los unos a los otros con toda caridad; no suceda nunca que uno tenga rencor contra su hermano o lo ((**It17.297**)) desacredite con palabras incorrectas. íAy de quien procede de este modo! Tenemos que perdonar a nuestro hermano, como deseamos que Dios nos perdone nuestros pecados. >>Y cómo podremos decir: dimitte nobis debita nostra, sicut et nos dimittimus debitoribus nostris, si después alimentamos en el corazón sentimientos de odio? íAh!, no olvidemos las palabras de Jesucristo a los Apóstoles: Os reconocerán como discípulos míos, si os amáis unos a otros. En la novena de Navidad, salió Monseñor para Roma. Ya se había entendido con monseñor Jacobini para tener audiencia del Padre Santo entre el día veinte y el veintidós de diciembre. Fue recibido por (**Es17.258**))
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