((**Es17.248**)
un sueño o una broma, una advertencia a despojarse
de todo residuo de severidad 1.
Pronto llegaron cartas de felicitación de todos
los hermanos más representativos de la
Congregación. Expresó muy bien el sentimiento
general don Carlos Bellamy, que escribió desde
París a don Miguel Rúa el día quince de diciembre:
<((**It17.284**)) más,
pues ya no se puede temer por el porvenir,
sintiéndonos en las manos paternales, fuertes y
santas de aquel a quien todos consideraban como
otro don Bosco, como la regla salesiana viviente,
como la forma de todo salesiano bueno y
verdadero>>.
La aceptación de los primeros meses continuó
siendo viva y ardorosa después de la muerte del
Santo, como se vio cuando el unánime sufragio de
los electores llamó a don Miguel Rúa para recoger
entera la herencia. En realidad, no había ninguna
necesidad de esta elección; pero en el último
volumen diremos cómo y por qué se hizo.
1 J. B. FRANCESIA. Don Miguel Rúa, pág. 89.
(**Es17.248**))
<Anterior: 17. 247><Siguiente: 17. 249>