((**Es17.247**)
Dios compasivo se digne concederme todavía, quiero
que sean totalmente para bien de nuestra humilde
Congregación y de nuestras almas.
El Señor bendiga al nuevo Vicario, a los demás
Superiores y a todos nuestros hermanos y haga de
manera que todos seamos siempre un solo corazón y
una sola alma para promover la gloria de nuestro
Padre del Cielo y la santificación de nuestras
almas.
Fiesta de la Inmaculada Concepción de María
Santísima.
8 de diciembre de 1885
Afectísimo en Jesucristo,
JUAN BOSCO, Pbro. 1
Don Miguel Rúa, por su parte, no había tardado
tanto en asumir el cargo de Vicario. A mediados de
octubre, se estableció junto a don Bosco, en la
habitación que había ocupado antes don Joaquín
Berto. ((**It17.283**)) Don
Bosco se mostraba visiblemente muy contento y
aliviado 2.
Tenía don Miguel Rúa cuarenta y ocho años
cumplidos, cuarenta de los cuales los había pasado
con don Bosco. Hacía treinta años que gozaba de su
intimidad, tenía plena devoción por su persona,
estaba capacitado como ningún otro para
comprenderlo y resuelto a dedicar toda su vida
para ayudarlo en su misión. A todos les pareció el
más idóneo que podía encontrarse en la
Congregación para asumir el delicado cargo. Se vio
en seguida cómo dejaba el porte severo exterior,
pedido hasta entonces en él por los deberes de su
cargo de Prefecto, y cómo se presentaba con la
amabilidad de quien tenía la obligación de
representar dignamente la persona del Padre. El
mismo don Bosco le iba preparando a ello con sus
consejos. Un día conversaba el Santo con algunos
de los principales Superiores y dijo:
-Esta noche soñé que me encontraba en la
sacristía y quería confesarme. Vi a don Miguel Rúa
de rodillas, pero casi no me atrevía a acercarme a
él, porque le temía por ser demasiado riguroso.
Todos se volvieron sonriendo a don Miguel Rúa y
dijeron:
-íBravo, bravo! íMete miedo hasta a don Bosco!
Reía él también, pero en las palabras de don
Bosco veía más que
1 A la carta seguían dos notas: <(**Es17.247**))
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