((**Es17.235**)
7.° Dad buenos consejos siempre que se os
presente la ocasión, especialmente cuando se trata
de consolar a un afligido, ayudarle a superar
alguna dificultad o hacer algún servicio, ya sea
cuando uno goce de salud como cuando se encuentre
enfermo.
((**It17.268**)) 8.°
Cuando se llega a saber que se acusa a la casa de
algo reprochable, especialmente si pudiera
interpretarse contra la santa ley de Dios,
comuníquese con respeto al Superior. Este sabrá
usar la debida prudencia para promover el bien e
impedir el mal.
9.° Con respecto a los alumnos, aténgase cada
uno al reglamento de la casa y a las
deliberaciones tomadas para mantener la disciplina
y la moralidad entre los estudiantes y los
aprendices.
10.° Cuide cada uno con toda la solicitud
posible de cumplir los cometidos que le fueron
confiados, en lugar de hacer observaciones acerca
de lo que hacen los demás.
RECUERDO FUNDAMENTAL OBLIGATORIO
PARA TODOS LOS QUE TRABAJAN EN LA
CONGREGACION
Se manda y se recomienda a todos estrictamente,
ante Dios y ante los hombres, tener cuidado de la
moralidad entre los Salesianos y entre aquellos
que, de cualquier manera y bajo cualquier título,
nos fueren encomendados por la Divina Providencia.
ANOTO AQUI LO QUE HUBIERA DEBIDO
DECIR
EN OTRA PARTE
Se aconseja al Director de la casa y a todos
los demás Superiores ordinarios que, durante los
ejercicios espirituales, dejen de confesar a sus
subordinados y, por cuanto fuere posible, se
sirvan de los confesores o predicadores
extraordinarios. Si éstos no bastan, procúrese que
los ayuden otros confesores conocidos. Y, si en
ciertos casos fuese necesario hacer alguna
excepción en esto, queda a juicio del Superior.
Cuando un hermano choca con la autoridad
eclesiástica de una ciudad, lugar o diócesis,
proceda el Superior con la necesaria prudencia y
destínele a otro empleo.
Asimismo, cuando un hermano tropezase con la
rivalidad u oposición de sus hermanos, es
conveniente que se le cambie de casa o de
ocupación. Pero sea siempre amigablemente avisado
de sus defectos y dénsele las normas para
regularse mejor en adelante y evitar las
discordias.
CON LOS EXTERNOS
Hay que tolerar mucho a los externos e,
incluso, resignarse a recibir algún daño antes que
llegar a pleitos.
Súfrase cuanto se pueda honradamente con las
autoridades civiles y eclesiásticas, pero no se
acuda a pleitos en tribunales laicos.
Pero, como quiera que, a pesar de los
sacrificios y de toda buena voluntad, a veces hay
que afrontar pleitos y litigios, aconsejo y
recomiendo que se ((**It17.269**)) confíe
la contienda a uno o dos árbitros con plenos
poderes, sometiendo el fallo a su parecer,
cualquiera que éste sea.
(**Es17.235**))
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