Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es17.234**) 4.° No se olvide nunca el coloquio mensual por cuanto sea posible; y, en el mismo, todo Director sea el amigo, el hermano, el padre de sus subordinados. Dé tiempo y libertad a todos para exponer sus reflexiones, manifestar sus necesidades y sus intenciones. El, por su parte, abra a todos su corazón sin manifestar rencor alguno, ni recordar las faltas pasadas, si no es para dar paternales avisos o llamar caritativamente al cumplimiento del deber a quien fuese negligente. 5.° No trate nunca de materias relacionadas con la confesión, a no ser que el hermano se lo pida. En estos casos no tome nunca determinaciones que hayan de llevarse a cabo en el fuero externo, sin estar muy de acuerdo con el socio de quien se trata. 6.° Las más de las veces el Director es el confesor ordinario de los hermanos. Procure con prudencia dar amplia libertad a quien necesitase confesarse con otro. Pero quede bien claro que estos confesores particulares ((**It17.267**)) deben ser siempre conocidos y aprobados por el Superior, según nuestras reglas. 7.° Como quiera que quien va en busca de confesores extraordinarios demuestra tener poca confianza con el Director, debe éste abrir los ojos y prestar particular atención sobre la observancia de las otras reglas y no confiar a aquel hermano ciertas incumbencias, que pareciesen superiores a sus fuerzas morales o físicas. N. B. Lo que digo aquí no tiene que ver nada con los confesores extraordinarios, que el Superior, Director, Inspector, tendrán cuidado de proporcionar en tiempo oportuno. 8.° En general, el Director de una casa trate a menudo y con mucha familiaridad con los hermanos, insistiendo en la necesidad de la observancia uniforme de las Constituciones y, por cuanto es posible, recuerde incluso las palabras textuales de las mismas. 9.° En los casos de enfermedad, obsérvese lo que prescriben las reglas y establecen las deliberaciones capitulares. 10.° Sea fácil en olvidar los disgustos y las ofensas personales y, con la benevolencia y los miramientos, esfuércese por vencer, o mejor, por corregir a los negligentes, desconfiados y sospechosos. Vincere in bono malum. A LOS HERMANOS QUE VIVEN EN LA MISMA CASA 1.° Todos los hermanos Salesianos, que viven en la misma casa, deben formar un solo corazón y una alma sola con su Director. 2.° Pero tengan grabado en la memoria que la peor peste a evitar es la murmuración. Háganse todos los sacrificios posibles, pero nunca se toleren las críticas acerca de los Superiores. 3.° No censurar las órdenes dadas por los Superiores en familia, ni desaprobar lo oído en los sermones, en las conferencias escritas o impresas en los libros de algún hermano. 4.° Sufra cada uno para la mayor gloria de Dios y en penitencia de sus pecados, mas, para provecho de su alma, huya las críticas en las cosas de administración, en el vestido, en la comida y habitación, etc. 5.° Recordad, hijos míos, que la unión entre el Director y los súbditos y el acuerdo entre los mismos forma en nuestras casas un verdadero paraiso terrenal. 6.° No os recomiendo penitencias o mortificaciones especiales; tendréis gran mérito y seréis la gloria de la Congregación, si sabéis soportar recíprocamente los trabajos y disgustos de la vida con cristiana resignación. (**Es17.234**))
<Anterior: 17. 233><Siguiente: 17. 235>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com