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menoscabo de su trabajo, en la actual Exposición
Italiana el arte y el trabajo con más amplia
producción.
Además, me causa sorpresa también que el Jurado
no haya prestado ninguna atención a mi función
tipográfica, a la composición e impresión de los
libros y a su correspondiente encuadernación, cuya
ejecución estuvo plenamente presentada, en plan de
funcionamiento constante en la galería misma y,
mediante la cual, se puso ante los ojos del
público el ingenioso proceso, con que se obtiene
el libro, pasando del trapo al papel, a los tipos,
a la impresión y a la encuadernación.
Por todas estas razones, fue unánime el juicio
favorable del público, el cual también tendría que
pesar en la balanza utilizada por el Jurado al
asignar los premios.
Ruego, por tanto, a la Honorable Comisión que,
por medio del Jurado de Revisión, tenga a bien
otorgar un fallo más conforme con el mérito de las
obras arriba mencionadas y no dé ningún motivo al
público para pronunciar juicios desfavorables a
este propósito.
Espero se tomen en consideración estas mis
observaciones. Y, si así no fuera, renuncio desde
ahora a cualquier premio o certificado, añadiendo
que esa Comisión dé las órdenes oportunas para que
no se haga mención alguna en la prensa, del fallo,
del premio, ni del mismo certificado.
En este caso, me basta haber podido concurrir
con mi obra a la grandiosa Exposición del ingenio
y la industria italiana y haber demostrado con los
hechos el interés que, en el curso de más de
cuarenta años, he tenido siempre por promover,
junto con el bienestar moral y material de la
juventud pobre y desamparada, el verdadero
progreso también de las ciencias y de las artes.
Son premio suficiente para mí las apreciaciones
del público, que tuvo ocasión de cerciorarse por
sus propios ojos de la índole de mi obra y de mis
colaboradores.
((**It17.255**))
Aprovecho esta favorable ocasión para desear a la
Honorable Comisión y al respetable Jurado todo
bien de Dios y profesarme con todo aprecio
De sus Ilmas. Señorías
Turín, 25 de octubre de 1884
Su seguro servidor,
JUAN BOSCO, Pbro.
Pero el Jurado de Revisión no se dignó dar ni
siquiera una ojeada a las razones aquí aducidas;
únicamente añadió a la medalla de plata por la
producción tipográfica un irrisorio certificado de
benemerencia por la máquina de papel, equivalente
a una pura y seca muestra de agradecimiento, como
la que se entregaba a todos los expositores de la
Galería del Trabajo. Contra la monstruosa
injusticia se alzó la prensa católica 1; pero, con
la presencia de tantos masones que intervenían en
comisiones, juntas y jurados, necesariamente el
insulso espíritu anticlerical del siglo diecinueve
tenía que imprimir carácter partidista
1 Amico del popolo de Prato, (31 de octubre, 8
y 15 de noviembre); Eco d'Italia de Génova (9 de
noviembre); Diritto Cattolico de Módena (11 de
noviembre); Corriere de Torino (13 de noviembre);
Libert… Cattolica de Nápoles (13 de noviembre).
L'Unitá Cattolica se calló; pero es muy probable
que así lo quisiera don Bosco, amigo de Margotti y
enemigo de polémicas.
(**Es17.223**))
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