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visitar la exposición de Zurich, fue a ver una de
las más renombradas fábricas de la ciudad y le
impresionó una valiosa máquina, que estaba en
construcción para la fabricación de papel.
Preguntó para quién se construía y al oír que para
el señor Bosco de Italia, replicó el diputado:
-Diga usted mejor para don Bosco, porque no hay
quien no conozca a este hombre.
Y, en realidad, don Bosco había encargado
aquella nueva máquina para su fábrica de papel en
Mathi Torinese. A su regreso a Turín, Villa instó
para que la estupenda máquina luciera en las
galerías de la Exposición. Don Bosco, sin titubear
un instante, asintió, poniendo como única
condición que se le asignase una galería entera,
donde colocaría y haría funcionar también las
máquinas necesarias para la producción del libro.
Aunque al principio pareció excesiva su exigencia,
dejó de serlo cuando explicó detalladamente su
grandioso plan; es más, la Comisión determinó
construir una galería a propósito en un patio a lo
largo de la inmensa galería del trabajo. La nueva
galería medía cincuenta y cinco metros de longitud
por veinte de ancho. Sobre la puerta de entrada se
leía:
DON BOSCO
FABRICA DE PAPEL, TIPOGRAFIA,
FUNDICION,
ENCUADERNACION Y LIBRERIA
SALESIANA
No se equivocaba el señor Villa al decir que
don Bosco era conocido; sin embargo, para aquellos
tiempos, parecía un verdadero anacronismo un cura
expositor en una exposición nacional y en la
sección del trabajo. ((**It17.245**)) Por
eso muchos, al pasar por delante y leer aquella
inscripción, sonreían, imaginando que se iban a
encontrar con objetos de sacristía, que no les
interesaría lo más mínimo. Pero, cuando superando
las prevenciones, se decidían a entrar, quedaban
al punto impresionados por dos novedades: el
trabajo y los obreros. Estos, jóvenes de diversas
edades, se ganaban la simpatía de los visitantes
por la aplicación, compostura y serenidad con que
cada uno atendía a cumplir bien su papel. El
trabajo a su vez cautivaba la atención general
desde el primer momento hasta el fin. De suerte
que aquel departamento constituyó para el público
una de las más interesantes atracciones en la gran
exposición.
La intención de don Bosco había sido dar una
demostración práctica del múltiple trabajo que
requiere la producción material del libro. Y allí
la curiosidad del público asistía al proceso
gradual, por el que
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