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económicos, y, por aquel entonces, crecía cada vez
más la dificultad de la solución. Así comprendemos
perfectamente qué quería decir don Bosco cuando
escribía al conde Colle 1: <>. Y, sin embargo,
se estaba todavía a primeros de septiembre. Por
((**It17.238**)) no
dejar nada sin intentar, don Bosco acudió a todos
los sacerdotes que pudo, pidiéndoles que lo
ayudaran con la celebración gratuita de misas.
Para ello dio una gran difusión a la circular
siguiente:
Muy reverendo y caritativo Sacerdote:
Las dolorosas vicisitudes que, este año,
afectaron a nuestros pueblos, han causado muchas
desdichas especialmente en nuestras casas de
beneficencia. Eran muchos los jovencitos
abandonados víctimas del cólera que iban pidiendo
albergue. Y ahora, a fin de atender a estos
huerfanitos y socorrerlos, me he decidido a acudir
a la caridad del clero, que ya me ayudó tantas
veces y de tantas maneras.
Para favorecer la beneficencia, ha habido
algunas piadosas personas que me han encargado la
celebración de un discreto número de misas y, por
ello, suplico a sacerdotes caritativos que quieran
ayudarme celebrando o procurando que otros
celebren las que les sugiera la posibilidad de su
corazón.
Por tanto, aquellos sacerdotes que puedan
contribuir a esta obra caritativa tengan la bondad
de comunicarlo al Rvdo. don Luis Deppert, prefecto
de la sacristía de María Auxiliadora en Turín.
Ruego, pues, a V. S. tenga a bien indicar a
dicho sacerdote el número de misas que piensa
celebrar y entregar la limosna para la obra que se
le propone en el espacio de un año.
Los muchachos protegidos oirán cada día la
santa misa, rezarán oraciones especiales y
comulgarán frecuentemente por sus bienhechores.
Yo me uniré a ellos invocando las bendiciones
del cielo sobre estos beneméritos donantes y sus
familias.
Profundamente agradecido se profesa en J. C.
Turín, 31 de octubre de 1884
Su seguro servidor,
JUAN BOSCO, Pbro.
Los lectores esperarán noticias sobre los
efectos del antídoto de don Bosco. No parece
exagerado afirmar que obró verdaderos prodigios.
El <>, de Pinerolo, fue atacado por
el mal mientras
1 Turín, 10 de septiembre de 1884.
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