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palabra sobre nuestro asunto, me haría un favor y
me serviría de norma en otras cosas.
Que María desde el cielo diga a toda su
familia: sois mis hijos y os protejeré a todos.
Rueguen también por este pobrecito, siempre
suyo en J. C.
Pinerolo, 16 de agosto de 1884
Humilde y afmo. servidor,
JUAN BOSCO, Pbro.
Estaban a punto de empezar los ejercicios para
los hermanos en Valsalice y don Bosco quería ir
hasta allí para asistir a los mismos y confesar.
Dejó, pues, la hospitalaria morada el día
veintidós de agosto y, ya en Valsálice, encargó el
día veinticinco a don Juan Bautista Lemoyne que
escribiera al Obispo y le diera las más expresivas
gracias.
El día tres de Septiembre, decía Monseñor en su
respuesta: <>.
El <> era el familiar del obispo.
Servía a don Bosco, persuadido de que lo hacía a
un santo; y don Bosco, a su vez, lo trataba con el
amor que san Francisco de Sales tenía a sus
dependientes. Un día fue Monseñor ((**It17.227**)) a
Bricherasio para la fiesta del entonces Beato
Fidel de Sigmaringa. La criada, Luisa Barberis,
estaba fuera de casa para el lavado de la ropa, y
Víctor había preparado la comida. Pues bien, don
Bosco quiso a toda costa que Víctor y el jardinero
Francisco Badino se sentaran a la mesa con él.
Víctor ponía mil humildes excusas para eludir tan
gran honor, pero don Bosco acabó diciéndole:
->>No quiere usted venir conmigo? >>Es que no
tendremos que estar juntos en el Paraíso?
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