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con la historia de sus fundaciones en Europa,
dedica la segunda a las Misiones de América, y da
en la tercera una mirada retrospectiva.
Tiene un Apéndice con la estadística de las
fundaciones salesianas en los dos mundos,
comprendidas también las Hijas de María
Auxiliadora; presenta además el texto francés de
las Reglas, el Reglamento de los Oratorios
festivos, una noticia sobre Buenos Aires y, fuera
de texto, un amplio mapa geográfico de América del
Sur en el que señala la extensión de las misiones
1. Es un trabajo diligente y cuidado en la forma;
tiene un capítulo original, en el que se presenta
a don Bosco ((**It17.224**)) como
un eminente poeta y su obra como un grandioso
poema 2.
El autor envió a don Bosco el primer ejemplar,
lo cual dio lugar a un notable episodio. Un día,
mientras don Joaquín Berto le afeitaba, recibió en
su habitación al hijo del doctor Albertotti, le
invitó a sentarse hasta que acabasen de afeitarle
y dijo en piamontés al <>:
-Escucha, Berto, dale al doctorcito aquel
libro.
Don Joaquín Berto entregó a don Bosco un bonito
volumen y éste lo presentó al joven Doctor,
preguntándole si lo aceptaba. Aquél echó una
ojeada a la portada y, al ver de qué trataba,
diole las gracias añadiendo que le gustaría más
con unas palabras suyas en la cubierta, por las
que se diese a conocer que el regalo procedía de
él mismo. La petición, tan a quemarropa, pareció
desconcertar a don Bosco, cuya cara cambió dos
veces de color. Hizo ademán de querer eludirla y
contestó confusamente, siempre en piamontés:
-Es el primer ejemplar que tengo y es el
primero que doy.
Pero lo bueno de la respuesta vino después.
-Habla demasiado bien de mí.
Don Joaquín Berto disuadió al Doctorcito de
seguir insistiendo; por lo que éste retiró su
petición. Y guarda todavía religiosamente el libro
en cuyo forro había escrito la fecha de la visita
con esta nota: <> 3.
Creemos que Albertotti, hijo, veía en el regalo
cómo don Bosco no tenía ningún miedo a la
publicidad, que se daba a sus obras y a los hechos
de su vida, y, en la respuesta, su modestia
personal. A observadores superficiales podrían
parecer inconciliables estas dos cosas; pero a
tiempos nuevos, propaganda nueva; y don Bosco, aun
siendo santo
1 ALBERT DU BOYS. Dom Bosco et la pieuse
Société des Salésiens. París, Gervais 1884.- La
traducción italiana, hecha por José Novelli, se
imprimió en San Benigno Canavese aquel mismo año,
sin el texto de nuestras Reglas.
2 Véase Ap., Doc. núm. 25.
3 G. ALEERTOTTI, L. c., pág. 25.
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