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amadísimo Padre>>. Contenía filiales expresiones
de afecto, augurios de perfecta curación y
promesas de oraciones y buen comportamiento. En el
otro manifestaban al Obispo, a quien ya habían
visto en el Oratorio, su agradecimiento por los
amorosos cuidados que prodigaba a su buen Padre.
Casi a la par llegó el Osservatore Cattolico de
Milán con un artículo titulado <>, que comenzaba así: <>. Y lo que hoy
oímos proclamar a todos sobre la misión de don
Bosco ya se decía allí claramente.
<((**It17.223**)) las
comarcas del Piamonte, echando por tierra todo lo
que tenía las huellas de lo sagrado, fueron
respetadas las obras de don Bosco. Este hombre fue
suscitado por Dios para defensa de la religión y
de la Iglesia>>. Después de recordar que había
gozado de la confianza de Pío IX y que disfrutaba
de la de León XIII, sacaba el escritor esta lógica
consecuencia: <>. Terminaba anunciando un libro sobre
don Bosco y su obra, aparecido aquel mismo año en
Francia y recién traducido al italiano.
Ya había hablado de este libro L'Eclair de Lyon
en su número del día diecisiete de mayo y, tomando
pie del mismo, enaltecía la eficacia social de la
Obra de don Bosco 1. Su autor era Alberto Du Boys,
ex presidente de la Audiencia territorial de Le
Puy (Haute Loire). A través del Boletín, había
conocido a don Bosco y sus instituciones y había
quedado admirado. Deseoso de escribir sobre este
tema para sus compatriotas, fue expresamente a
Italia, visitó las principales casas salesianas,
preguntó a amigos, condiscípulos y alumnos del
Santo y, después de recoger abundantes datos, puso
mano a la pluma. El libro se divide en tres
partes. En la primera enlaza la biografía del
Fundador
1 Véase Ap., Doc. núm. 24.
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