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fecha siete de agosto, a don Miguel Rúa: <>.
Viglietti lo asistía todas las mañanas en la
santa misa y, al acabar, algunas veces con él solo
y otras acompañado de don Juan Bautista Lemoyne,
daba un primer paseo por las vecinas colinas; y,
al caer de la tarde, volvía a hacer otra
excursioncita. Pasaba fuera de la casa algunas
horas. En agosto ya lograba caminar sin bastón;
evidentemente andaba a paso lento y, de cuando en
cuando, se sentaba en los prados. En las horas del
mediodía, un magnífico pino secular, que extendía
sus largas ramas junto al chalet, le ofrecía
agradable sombra.
Los dos acompañantes, con su temperamento
jovial, le alegraban la estancia y él mismo les
enseñaba a veces bellas canciones y sobre todo los
deleitaba con amenas narraciones. El día primero
de agosto, en uno de aquellos íntimos coloquios,
propuso a don Juan Bautista Lemoyne echar al fuego
los documentos relacionados con las controversias
habidas con el Arzobispo monseñor Gastaldi.
Observóle el secretario:
->>Qué dirían los venideros, al ver en los
documentos de nuestros archivos una laguna tan
grande? >>Y la historia de la Congregación?
((**It17.210**))
-Cuando haya que decir, contestó, qué hizo don
Bosco durante aquellos diez años, en los que
sufrió vejaciones, bastará una fórmula como ésta:
Continuó atendiendo a sus asuntos.
Lemoyne, que no podía dejar de ver la necesidad
de conservar aquellos papeles, cambió
graciosamente de conversación y por miedo a que
don Bosco le mandara hacer lo que él no se sentía
con ánimos de cumplir, se apartó un rato y fue a
dar vueltas por los setos en busca de flores.
Una prueba de su recuperación es la
correspondencia que nos queda fechada en Pinerolo.
Omitimos las cartas enviadas a Francia, ya
conocidas por los lectores en su mayor parte; y
daremos cuenta de las otras.
El pensamiento de la rifa para la iglesia del
Sagrado Corazón tampoco lo abandonaba allí. Pedía
boletos al coadjutor Rossi, el cual se los enviaba
por paquetes y él los repartía entre los
cooperadores próximos y lejanos. De esta carta se
desprende que se había ocupado del asunto desde
los primeros días del veraneo.
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