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un acuerdo tal como para evitar todo roce? Don
Bosco dejó también que se discutiese libremente el
pro y el contra sobre este asunto, hasta que, en
la sesión del día doce, intervino diciendo:
DON BOSCO.- He meditado sobre el proyecto de
dos directores en el Oratorio. Pues bien, necesito
que venga aquí don Juan Bautista Francesia y que
él con don José Lazzero me dirijan esta casa. Un
solo Director es imposible que gobierne a tantos
en la casa de Valdocco. Don José Lazzero me ha
pedido varias veces ser exonerado de tanta carga.
Hay que dividir, por tanto, las atribuciones entre
don Juan Bautista Francesia y don José Lazzero.
Confiar a don Juan Bautista Francesia los
estudiantes y todo lo que les concierne; a don
José Lazzero, toda la parte de los aprendices y,
además, el cargo de Catequista para ((**It17.202**)) todo
lo que refiere a los artesanos de la Congregación
en las demás casas. A él pertenecerá todo lo
concerniente a la moralidad y disciplina de los
artesanos en el Oratorio y en toda la
Congregación. Con respecto a las otras casas, su
título será el de Consejero profesional y, en el
Oratorio, será llamado Director de los aprendices.
El nuevo cargo de Director de los aprendices será
estable en adelante. Habrá que establecer un modus
vivendi entre don Juan Bautista Francesia y don
José Lazzero que pueda mantenerse ahora que
estamos nosotros, después sin nosotros, y más
adelante después de nosotros. Si se quiere
concentrar toda la autoridad del Oratorio entero
en una sola persona, se necesitaría de aquí en
adelante un régimen nuevo y yo no quiero cambiar
de sistema. Los aprendices, hasta donde se pueda,
formen una sección autónoma con respecto a la
dirección. También los estudiantes sean una
sección autónoma independiente de la de los
artesanos. Si no se procede con una organización
moderada del personal, iremos a parar a una
monstruosa mezcolanza y confusión. Don José
Lazzero me ha escrito más de una vez en este
sentido.
DON JOSE LAZZERO observa la dificultad
existente con tantas personas de servicio o mejor,
con ciertos asilados y huéspedes o con los
comúnmente llamados barba 1, que van y vienen
según su interés o capricho y pregunta en qué
sector clasificarlos.
DON BOSCO.- Con la experiencia, con la buena
voluntad, con el acuerdo entre los dos Directores,
modificando, cambiando, se llegará a la solución
de todo problema. No se trata de fijar desde el
primer momento principios invariables, sino de
estudiar cómo llevar a la práctica mi idea, de
suerte que se pueda continuar. Hay que establecer
ciertas máximas tradicionales, que sirvieron de
norma hasta ahora. Sin embargo, son cosas que
conviene tratar con tranquilidad.
DON MIGUEL RUA observa que es necesario
determinar bien las atribuciones de los dos
Directores, para que no surjan sombras, roces,
etc.
DON CELESTINO DURANDO pregunta: ->>De quién
dependerán la iglesia, la cocina, etc. ?
DON BOSCO.- Dejemos de lado el nombre de las
personas. Es indispensable que haya un Director
para los aprendices y sea responsable de la
disciplina y moralidad de éstos en la casa de
Valdocco. Este director sea también en las otras
casas donde hay aprendices y para esta única
sección, lo que es el consejero escolástico en los
colegios de la Congregación y también para
proveerlas de personal y para tutelar la
moralidad.
1 Barba: Vocablo piamontés, equivalente a tío,
con el que parece se clasificaba a ciertos sujetos
que vivían en el Oratorio, sin ser salesianos, ni
empleados de la casa o donados para realizar
servicios domésticos (N. del T.).
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