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((**Es17.179**) un acuerdo tal como para evitar todo roce? Don Bosco dejó también que se discutiese libremente el pro y el contra sobre este asunto, hasta que, en la sesión del día doce, intervino diciendo: DON BOSCO.- He meditado sobre el proyecto de dos directores en el Oratorio. Pues bien, necesito que venga aquí don Juan Bautista Francesia y que él con don José Lazzero me dirijan esta casa. Un solo Director es imposible que gobierne a tantos en la casa de Valdocco. Don José Lazzero me ha pedido varias veces ser exonerado de tanta carga. Hay que dividir, por tanto, las atribuciones entre don Juan Bautista Francesia y don José Lazzero. Confiar a don Juan Bautista Francesia los estudiantes y todo lo que les concierne; a don José Lazzero, toda la parte de los aprendices y, además, el cargo de Catequista para ((**It17.202**)) todo lo que refiere a los artesanos de la Congregación en las demás casas. A él pertenecerá todo lo concerniente a la moralidad y disciplina de los artesanos en el Oratorio y en toda la Congregación. Con respecto a las otras casas, su título será el de Consejero profesional y, en el Oratorio, será llamado Director de los aprendices. El nuevo cargo de Director de los aprendices será estable en adelante. Habrá que establecer un modus vivendi entre don Juan Bautista Francesia y don José Lazzero que pueda mantenerse ahora que estamos nosotros, después sin nosotros, y más adelante después de nosotros. Si se quiere concentrar toda la autoridad del Oratorio entero en una sola persona, se necesitaría de aquí en adelante un régimen nuevo y yo no quiero cambiar de sistema. Los aprendices, hasta donde se pueda, formen una sección autónoma con respecto a la dirección. También los estudiantes sean una sección autónoma independiente de la de los artesanos. Si no se procede con una organización moderada del personal, iremos a parar a una monstruosa mezcolanza y confusión. Don José Lazzero me ha escrito más de una vez en este sentido. DON JOSE LAZZERO observa la dificultad existente con tantas personas de servicio o mejor, con ciertos asilados y huéspedes o con los comúnmente llamados barba 1, que van y vienen según su interés o capricho y pregunta en qué sector clasificarlos. DON BOSCO.- Con la experiencia, con la buena voluntad, con el acuerdo entre los dos Directores, modificando, cambiando, se llegará a la solución de todo problema. No se trata de fijar desde el primer momento principios invariables, sino de estudiar cómo llevar a la práctica mi idea, de suerte que se pueda continuar. Hay que establecer ciertas máximas tradicionales, que sirvieron de norma hasta ahora. Sin embargo, son cosas que conviene tratar con tranquilidad. DON MIGUEL RUA observa que es necesario determinar bien las atribuciones de los dos Directores, para que no surjan sombras, roces, etc. DON CELESTINO DURANDO pregunta: ->>De quién dependerán la iglesia, la cocina, etc. ? DON BOSCO.- Dejemos de lado el nombre de las personas. Es indispensable que haya un Director para los aprendices y sea responsable de la disciplina y moralidad de éstos en la casa de Valdocco. Este director sea también en las otras casas donde hay aprendices y para esta única sección, lo que es el consejero escolástico en los colegios de la Congregación y también para proveerlas de personal y para tutelar la moralidad. 1 Barba: Vocablo piamontés, equivalente a tío, con el que parece se clasificaba a ciertos sujetos que vivían en el Oratorio, sin ser salesianos, ni empleados de la casa o donados para realizar servicios domésticos (N. del T.). (**Es17.179**))
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