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y ((**It17.149**))
pecadoras, que lloraron sus culpas, hicieron una
buena confesión y empezaron a llevar una vida
ejemplar.
Pero vosotros, beneméritos señores, me diréis:
>>por qué esta exposición de hechos y de gracias
en la víspera de la fiesta de María Auxiliadora?
Os respondo: para animaros a confiar en su bondad
y poder, y para que sepáis cómo obtener más
fácilmente las gracias. Esta Madre celeste nos las
tiene ya preparadas y sólo quiere que se las
pidamos y prometamos ayudar y promover las obras,
que son para gloria de Dios, para su honra y para
provecho de las almas, especialmente de la
juventud pobre, como lo hacen los Cooperadores y
las Cooperadoras. Estoy seguro de que todos los
que pidan gracias a María las obtendrán, siempre y
cuando no se opongan al bien del alma.
Mañana se rezará aquí mucho por vosotros, que
sois nuestros bienhechores y bienhechoras, y no
sólo mañana, sino que continuamente se reza por
vosotros en esta iglesia. Cada día, desde las
primeras horas de la mañana, varios centenares de
muchachos se reúnen aquí, rezan la tercera parte
del rosario, oyen misa, y muchos jóvenes y mayores
se confiesan y comulgan. A las siete y media,
vienen otros centenares de muchachos que hacen lo
mismo; después, a cada hora uno viene a visitar al
Santísimo Sacramento y a María Auxiliadora, otro a
hacer la meditación y la lectura espiritual, éste
a recomendar a las personas, que encargaron
oraciones para alcanzar gracias de todo género;
por consiguiente, desde la mañana temprano hasta
que llega la noche, se suceden sin interrupción
las prácticas de piedad. Ahora bien, todas estas
oraciones van encaminadas particularmente a
implorar las bendiciones del cielo sobre nuestros
bienhechores y sobre nuestras bienhechoras de
Italia, Francia, España, América y de cualquier
otra parte del mundo. Y yo creo que, en atención a
tantas oraciones como aquí se le hacen, sigue
María esparciendo bendiciones más abundantes cada
año.
Debo deciros, además, que María Santísima no
sólo concede gracias aquí y a los que vienen a
rezar en este lugar, sino que también las concede
en otras partes. Ya próximo al término de mis
días, disfruto inmensamente al ver que, en vez de
disminuir los favores de María, aumentan cada día
y en todas partes. Aumentan en Italia, en Francia,
en España, en Portugal, en Bélgica, en Rusia, en
Polonia, en Austria, en la República Argentina, en
Uruguay y en la Patagonia. Todos los días se
reciben de aquí y de allá, de lejanos países,
largas relaciones de gracias extraordinarias
obtenidas por intercesión de María Auxiliadora. Y
los Cooperadores y Cooperadoras Salesianas son
instrumentos, de los que Dios se sirve para
propagar más y más su gloria y la de su Madre.
Todos vosotros tenéis que alegraros de ello y
colocar, por tanto, la mayor confianza en el
patrocinio de María.
He querido exponer brevemente todo para no
alargarme demasiado y no abusar de vuestra
cortesía. Sin embargo, añado todavía ((**It17.150**)) que he
estado en Roma y a los pies del Santo Padre León
XIII, el cual habló de los Cooperadores Salesianos
y dijo que los bendecía de corazón y que reza cada
día por ellos. Repitió que, no sólo quiere ser
Cooperador, sino el primer Operador, porque, dijo,
los Papas tienen que estar siempre a la cabeza de
todas las obras de beneficencia y, muy
especialmente, cuando éstas tienen por mira el
bien de la juventud pobre. Al saber la importancia
de las obras ya hechas y las que quedan por hacer
para la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús en
Roma, quiso asumir el compromiso de construir a su
cargo la fachada de la misma iglesia, que importa
una cantidad muy notable. Desea también que se
levante junto a la iglesia un hospicio, y ya hemos
puesto manos a la obra. Pero >>por qué, me
preguntaréis, un nuevo hospicio en Roma, donde ya
hay tantos? Os respondo que, las
(**Es17.135**))
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