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cuando estábamos de viaje, el mucho trabajo
impedía generalmente escribir de día, y sólo,
llegada la noche, podía tomar algunos apuntes
(...). Cuanto aquí se narra está escrito por quien
no abandonó jamás a don Bosco, ni de día ni de
noche, estando al corriente de todos sus secretos,
por lo cual mejor que muchos otros ha podido
contar lo que sucedía en torno a este hombre
santo>>. Así termina la crónica con la muerte de
don Bosco.
La mejoría en la salud de don Bosco se
consideraba en el Oratorio como una gracia de la
Virgen. Nadie tenía conocimiento de la aparición
de Luis Colle; pero todos sabían cuántas oraciones
se habían hecho por él a María Auxiliadora y que
había empezado a mejorar precisamente el primer
día de la novena. Con satisfacción de todos,
veíasele caminar bastante expeditamente, y los más
íntimos no ignoraban que le había disminuido mucho
la hinchazón del hígado. Pero, siempre incansable,
pensaba que aquella recuperación de fuerzas no era
una invitación a descansar, sino una llamada a más
intenso trabajo. Corrió, pues, en seguida su
pensamiento a la próxima conferencia.
Mientras tanto le urgía mucho cumplir un deber
sin la ((**It17.147**)) más
pequeña demora, el de visitar al Arzobispo; pero
no le dio tiempo. Se le adelantó Su Eminencia,
nada más oír su llegada, compareciendo de
improviso en el Oratorio, donde permaneció casi
dos horas con el Santo.
Era siempre don Bosco muy previsor para sus
cosas. A mediados de abril en Roma, las
modalidades de la conferencia habían ocupado su
mente, ya asediada y agobiada por tantos cuidados.
El 19 de aquel mes mandó escribir a don Miguel
Rúa: <>.
La invitación, enviada por don Bosco unos días
antes, atrajo al santuario más de dos mil
personas, entre las que había muchas llegadas de
Francia. Su sencillo discurso en cuanto a la
sustancia, descendía sobre el atento auditorio
como lluvia suave y benéfica sobre los sedientos
parterres de un jardín 1.
1 La copia manuscrita, que sirvió para el
Boletín (julio 1884), tiene tres pequeñas
modificaciones hechas por don Bosco; las indicamos
con letra cursiva. Nótese la corrección de la
primera: el copista había escrito <>.
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