((**Es17.125**)
Fue uno a tomar el volumen, y busca que te
busca, revuelve y hojea, pero no se encontraba ni
rastro del Breve. Acudieron a los índices, los
examinaron y nada de nada. Hubo que concluir que
don Bosco tenía razón. El sabía, además, de dónde
había nacido la historia. Hacia 1850 la Sagrada
Congregación llegó a conocimiento de que los
Redentoristas gozaban de diversos privilegios,
obtenidos quizás per communicationem, e intentó
quitárselos con un decreto: pero los Redentoristas
apelaron y el decreto fue anulado. Esta sentencia
armó mucho ruido en Roma; por lo cual la
Congregación determinó para cortar por lo sano,
que, en adelante, no permitiría la concesión de
los privilegios de aquella forma. De esta
determinación privada, no sancionada nunca con un
documento público, pero que quedó siempre en las
oficinas, tuvo origen la errónea opinión del Breve
de Pío IX. Don Bosco, y se comprende el motivo, si
bien no ignoraba la verdad, sin embargo no juzgó
prudente, en el curso de las negociaciones,
impugnar su existencia.
Lo que hemos narrado sucedió, después de haber
salido don Bosco de Roma sin haber podido llegar a
la conclusión del asunto.
Volvamos a León XIII. La promesa que hizo a don
Bosco se cumplió sin demora. Cuando monseñor
Masotti fue a la audiencia, díjole el Papa:
-Deseo que se concedan a don Bosco los
privilegios.
((**It17.138**))
-Vuestra Santidad sabe perfectamente que quien se
opone es el Cardenal Prefecto.
-Busque usted la manera de que podamos
contentar a don Bosco.
-Haré por lograr que se cumpla el deseo de
Vuestra Santidad.
Hubo una amenaza de dimisión por parte del
Prefecto; pero el Papa le recomendó que
reflexionara. El día diez informó monseñor Masotti
que el Padre Santo había decidido conceder los
privilegios a los Salesianos per communicationem
con los Oblatos de María; que se buscase, por
tanto, copia del decreto de concesión y el
Procurador de los Oblatos prestara juramento de
que, aquellos privilegios, no habían caducado ni
se habían anulado. Cuando oyó esto don Bosco,
dijo:
-Si conceden esto, conceden mucho más de lo que
se pide. Pero puede haber en ello algún
subterfugio para complicar la negociación.
Monseñor Masotti, que es quien lleva actualmente
el despacho de los asuntos y el que va
regularmente a la audiencia, >>por qué no hace
nada sin pedir consejo a Ferrieri? Podría
presentar al Papa un Breve de pocos renglones, que
sería firmado en seguida. El Papa mismo ha
sugerido este medio. Y, además >>querrán los
Oblatos mostrar sus privilegios?
(**Es17.125**))
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