((**Es17.123**)
Estábamos de acuerdo en que era inútil hacer
nuevas instancias a este propósito, mientras
estuviese el asunto en manos del C. Ferrieri y
ahora lo estamos.
((**It17.135**)) Mi
salud sigue renqueando; espero poder saludarle
personalmente cuanto antes y poderme recuperar
algún tanto.
Con suma veneración pido su santa bendición, al
tiempo que, con la mayor gratitud, me profeso.
De V. E. Rvma.
Roma 3 de mayo de 1884
Porta S. Lorenzo 42
Su seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
El buen Cardenal le respondió solícito y
cordial:
Rvmo. y querido don Juan:
He recibido su carta del tres del corriente mes
y me apresuro a manifestarle los sentimientos de
mi vivo disgusto. Imagino cuánto debe sufrir con
ello su corazón. Animo, querido don Juan. Dios nos
somete a durísimas pruebas para consolarnos; mas,
después del combate, vendrá la victoria.
Aunque yo sé que usted hace mucho bien en Roma,
sin embargo le recomiendo que venga pronto a
Turín, donde me alegraré de verle y abrazarle,
como lo hago ahora en espíritu, profesándome con
todas mis veras,
De V. S. Rvma. y carísima
Turín, 6 de mayo de 1884
Afectísimo como hermano
CAYETANO, Card. ALIMONDA
El día dos de mayo había expresado don Bosco a
sus amigos nuevos temores.
-Estoy viendo, dijo, el plan de Ferrieri. El ha
declarado que don Bosco no obtendría jamás los
privilegios; por consiguiente, ahora no quiere
negarlos, porque el Papa dice que los quiere
conceder, pero dará largas al asunto.
Los impedimentos para la audiencia pontificia
parecían justificar estas previsiones; pero,
después de la audiencia, las cosas tomaron otro
cariz. La misma tarde del día nueve el cardenal
Nina, deseoso de conocer el resultado, visitó a
don Bosco y le contó que el día anterior Su
Santidad había mandado que le leyera las cartas
comendaticias de Alimonda y después la súplica de
don Bosco unida a la nota de los privilegios.
-Me gusta el latín de don Bosco, había dicho el
Papa. No es ciceroniano, pero es correcto y
sencillo.
Todo esto manifestaba ((**It17.136**)) las
buenas disposiciones del Papa que claramente hizo
patentes después en la audiencia, al concederle
que siguiera dando las dimisorias en espera del
decreto formal.
(**Es17.123**))
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