Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es16.92**) de lo contrario, mas sin resultado, pues Monseñor, diciéndole duramente: -íMárchese!, le volvió la espalda y don Bosco, afligido, fue tomado de un brazo por su secretario y llevado fuera de la sala. Después de este relato, exclamó el Siervo de Dios: ->>Cómo es posible hablar seriamente y con éxito con un hombre, que cambia de parecer tan fácilmente? He aquí por qué se preocupaba don Bosco de tan dolorosas vicisitudes; se preocupaba por los graves asuntos concernientes a la Congregación, ((**It16.100**)) no a su persona. Cierto día díjole al mismo Anfossi: -Si no se tratase también de la Congregación, yo preferiría irme a Roma o a otra ciudad, para evitar estos choques; pero, parece ser voluntad de Dios que la Congregación eche aquí sus raíces. Se lamentaba por igual de que aquellas molestias le impedían hacer todo el bien que habría querido. Decía a un confidente suyo: -El demonio ha previsto el gran bien que se hubiera podido hacer, si monseñor Gastaldi hubiese seguido protegiéndonos; pero el espíritu del mal sembró la cizaña. El Arzobispo se informa de todo lo nuestro y nos pone estorbos sin parar; pero también esto pasará. Nosotros seguiremos adelante en silencio y sin emprender nunca nada contra él. Sólo lo siento por el tiempo que nos hace perder y que podríamos dedicar al bien de las almas. Otro punto en el que están de acuerdo los testigos es en afirmar que, no obstante la oposición calificada de sistemática por un autorizadísimo Prelado romano 1, don Bosco no dejó de amar, respetar y, en la medida de lo posible, ayudar al Arzobispo. Declaró la condesita Mazé ante el Tribunal: <>. Y no sólo los testigos hablaron así, sino que lo mismo escribieron otros que no comparecieron ante el tribunal eclesiástico. Es precioso lo que escribió el padre Félix Giordano, superior de los Oblatos de María en Niza 2: <((**It16.101**)) diferencia surgida. Pues bien, puedo decir que nunca como entonces me maravilló el ver tan 1 Carta de monseñor Vitelleschi, secretario de Obispos y Regulares, a don Bosco, 5 de enero de 1875. 2 Carta a don Miguel Rúa, 25 de marzo de 1888.(**Es16.92**))
<Anterior: 16. 91><Siguiente: 16. 93>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com