((**Es16.82**)
Es de advertir, ante todo, que monseñor
Gastaldi, actualmente Arzobispo de Turín, hasta el
10 de febrero de 1873 se manifestó constantemente
ferviente promotor e incansable colaborador del
Instituto Salesiano. Por aquella fecha (10 de
febrero de 1873), envió con palabras de vivo
aliento al sacerdote Bosco a Roma, provisto de una
carta comendaticia en latín, en la que declaraba
haber reconocido el dedo de Dios en la existencia
y conservación de este Instituto, y hacía
excesivos elogios del gran bien que ha hecho y
hace este Instituto, poniendo por las nubes al
pobre fundador.
En una carta posterior del veinte de abril del
mismo año, para contradecir cuanto había escrito
en la primera, decía:
((**It16.88**)) 1.° Las
reglas no fueron aprobadas nunca por sus
antecesores.
R. Entre los documentos presentados a la
Congregación de Obispos y Regulares está el
decreto de monseñor Fransoni (31 de marzo 1852) en
el que se aprueba el instituto de los Oratorios,
se constituye jefe al sacerdote Bosco y se le
conceden todas las facultades necesarias y
oportunas para la buena marcha del mismo.
2.° Nunca se pidió ninguna aprobación al
arzobispo Riccardi ni a él.
R. Cuando un instituto está aprobado por un
Ordinario Diocesano, no se sabe si hay que obtener
nueva aprobación de cada nuevo Obispo; sin
embargo, es un hecho que el reverendo Bosco
dirigió una súplica a monseñor Riccardi, pidiendo
la confirmación de cuanto más arriba se ha dicho.
El respondió, como varias veces después lo hizo
monseñor Gastaldi, que cuando un instituto está
aprobado por la Santa Sede, no necesita la
aprobación diocesana.
Queriendo después cooperar a la estabilidad de
este instituto, por su propia iniciativa confirmó
con un decreto expreso todos los privilegios y
facultades concedidas por sus antecesores, y
añadió algunos nuevos, entre los cuales los
derechos parroquiales (Decreto 25 de diciembre de
1872).
3.° El noviciado de dos años y ocupaciones
exclusivamente ascéticas.
R. Esto podía hacerse en otros tiempos, pero no
al presente en nuestros países; es más, quedaría
destruido el Instituto Salesiano, pues, al darse
cuenta la autoridad civil de la existencia de un
noviciado, lo desharía al momento y dispersaría a
los novicios. Además, ese Noviciado no podría
adaptarse a las Constituciones Salesianas, que
tienen como base la vida activa de los socios,
conservando como ascética solamente las prácticas
necesarias para formar y conservar el espíritu de
un buen eclesiástico; un noviciado semejante
tampoco serviría para nosotros, pues los novicios
no podrían poner en práctica las Constituciones
según el fin de la Congregación.
4.° Ya han salido profesos perpetuos que dieron
lugar a quejas, etc.
R. Hasta el momento sólo salió uno que es el
padre Federico Oreglia. Pertenecía a nuestra
Congregación como hermano laico y salió de ella
para ingresar en la Compañía de Jesús y hacer los
estudios sacerdotales, donde efectivamente ingresó
y ahora trabaja con aplauso en el sagrado
ministerio.
5.° Esta Congregación causa no pequeño desorden
a la disciplina eclesiástica de la Diócesis.
R. Es una afirmación gratuita.-El Ordinario de
Turín no puede aducir hasta ahora ni un solo caso
al respecto.
6.° Muy a menudo hay algunos que, después de
los votos trienales, reciben las sagradas Ordenes
titulo mensae communis y después salen, etc.
R. Es otra afirmación gratuita.-Hasta ahora,
ninguno de ellos salió de la Congregación
Salesiana.
((**It16.89**)) 7.° Un
diocesano suyo de Saluzzo, apenas ordenado en esta
Congregación, salió, etc.(**Es16.82**))
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