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((**Es16.64**) Existía en Lyon el Patronage de Notre Dame de la GuillotiŠre, en el que unos celosos sacerdotes y seglares, inspirándose en el programa salesiano, trabajaban, desde hacía algunos meses, en consolidar una obra nueva bajo el nombre de Obra de los talleres de aprendizaje. Naturalmente los promotores pensaban que una visita de don Bosco daría mucho realce a la empresa, y don Bosco no podía dejar de manifestar toda su simpatía por una obra, que respondía tan de cerca a su propia misión. El abate Boisard, de quien había partido la idea de la fundación y era, además, director del Patronage, antes de poner manos a la obra, había pasado un mes en el Oratorio durante el año 1882. Su deseo era el de hacerse salesiano; mas, por consejo de don Bosco mismo, había vuelto a su patria para actuar por su cuenta. Era hombre de espíritu detallista y no sabía concebir una escuela profesional sin todos los adelantos de la técnica contemporánea, mientras don Bosco prefería comenzar a actuar con los medios de que disponía, para llevar después, paso a paso, sus obras hasta la ansiada perfección. -He visitado sus talleres, había dicho en los primeros días a don Bosco, pero me parece que técnicamente son algo defectuosos. -Tiene usted razón, le contestó el Siervo de Dios. Observe, sin embargo, que no tenemos obreros externos y que nuestros Hermanos no están todavía completamente formados. Usted que puede hacerlo mejor, pruébelo en Lyon. Y el buen sacerdote lo probó; pero sus talleres ((**It16.66**)) llevaban una vida lánguida, mientras los de don Bosco se desarrollaron y fueron progresando constantemente. Don Bosco colocaba la perfección en el punto de llegada; el otro, en cambio, ya la quería en el punto de partida. Pero le habían impresionado en el Oratorio dos cosas, a saber: la práctica del método preventivo y el espíritu de piedad. Volvió a su tierra ilustrado y entusiasmado, tanto que, el día quince de octubre siguiente, inauguró el primer taller con doce aprendices. En la pública recepción, que hizo a don Bosco, narró la historia de su reciente creación y concluyó diciendo: -Apenas si estamos en los principios, pero la obra crecerá, porque la organización y su carácter son los que yo vi en plena marcha en Turín. Como un simple discípulo, he dicho lo que es esta obra de Lyon; pero ahora el maestro nos enseñará qué debe ser y qué será con la gracia de Dios y de los lioneses. Don Bosco con un lenguaje pintoresco 1 y, como dice un testigo 1 Echo de FourviŠre, 12 de abril de 1883.(**Es16.64**))
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