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ha fijado para el 20 de mayo, a más tardar y, si
puedo, la adelantaré algún día. Todas nuestras
obras de aquí están empezadas: que Dios nos ayude
a acabarlas.
El Señor conceda buena salud a usted y a la
señora Condesa y les guíe por el camino del
Paraíso. Amén.
Roma, 1 de mayo de 1887.
Afectísimo hijo,
JUAN BOSCO, Pbro.
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Bonísimo y queridísimo Sr. Conde Colle:
Comprendo, por su carta, que su salud no es tan
buena como todos nosotros deseamos. Por tanto,
queremos rezar mucho y hacer, por así decirlo,
violencia al Señor y a la Santísima Virgen. Todos
los muchachos de nuestros colegios ruegan por
ustedes. Don Miguel Rúa y yo celebraremos la misa
de mañana en su favor.
El viernes, a las 6 de la tarde, tenemos
audiencia con el Padre Santo. Le hablaremos mucho
y bien de usted y le pediremos una bendición
especial y la curación perfecta para usted.
El sábado se hará la consagración de la iglesia
y del hospicio del Sagrado Corazón que, tantas
veces, he encomendado a su caridad; y dará
comienzo también la novena de nuestra gran
solemnidad. Rezamos continuamente por usted. La
señora Condesa Colle rezará con nosotros.
Que la Santísima Virgen quiera escuchar
nuestras oraciones. Confiemos en Dios y M. A.
Amén.
Roma, 12 de mayo de 1887.
Afectuosísimo hijo,
JUAN BOSCO, Pbro.
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Señor Conde y señora Condesa Colle:
Creo habrán recibido la relación que el Padre
Santo quiso hacer de ustedes al darles la santa
bendición.
Ahora sólo diré dos palabras desde la casa
Arzobispal del Arzobispo de Pisa, que me encarga
les presente su respetuoso saludo.
Mañana por la mañana saldré para Turín, donde
queremos obligar del todo a la Santísima Virgen a
que les devuelva su salud.
((**It16.720**)) Todos
los Salesianos ruegan incesantemente por usted y
su señora.
Que Dios les bendiga y la Santísima Virgen les
conduzca siempre por el camino del Cielo. Así sea.
Pisa, 18 de mayo de 1887.
Afectuosísimo hijo,
JUAN BOSCO, Pbro.
(**Es16.594**))
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