((**Es16.57**)las
condiciones desesperadas y pedía oraciones con más
instancia. Don Bosco hizo que se rezara
inmediatamente con esta intención. Pasó el día,
amaneció el siguiente y llegó otro telegrama con
estas sencillas palabras: Il est sauf (está a
salvo). La prodigiosa curación fue duradera.
El tercer hecho está relacionado con la ida de
don Bosco a Aviñón. Los señores Almaric tenían
allí una hija, enferma hacía más de tres meses y
desahuciada desde unos días antes por los médicos.
Los padres fueron a toda prisa a Marsella para
suplicar a don Bosco que se dignase ir a verla y
darle su bendición. El, que ya había determinado
parar ((**It16.57**)) en
Aviñón, prometió contentarlos. Con este consuelo
en el corazón, los desolados padres volvieron
rápidamente a su casa.
Una carta a la señorita Clara Louvet, que
puede verse en el último apéndice, desconcertaría
toda esta cronología del viaje, de no admitir un
error en la fecha: <>. El
dos de marzo, según se lee en ella, don Bosco
tenía que estar ya en Marsella. Pero resulta, por
las actas de la comisión de señoras, que se debe
excluir toda duda de que él no estuvo en Marsella
antes del día dieciséis. Hay que admitir, por
tanto, que, después del día dos falta una cifra,
quizás otro dos. El itinerario trazado en dicha
carta sufrió sus retoques en el decurso del viaje
1.
Salió, pues, de Marsella el lunes por la tarde,
día dos de abril, con don Camilo de Barruel como
secretario. Por una feliz combinación, pudieron
viajar en el exprés que, sin parada en ninguna
estación, los llevó en dos horas a la histórica
ciudad de los Papas. La noticia de su llegada
había llevado a la estación una numerosa
muchedumbre, que le aguardaba a la salida; mas,
para librarlo del asalto de tanta gente, le
sacaron fuera secretamente a través del café
cercano y allí subió a un coche que se metió por
una calle velozmente. La gente, que se dio cuenta
de lo ocurrido, corrió tras él. <(**Es16.57**))
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