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((**Es16.466**) Tengo el honor, reverendo Padre, de presentarle mis respetuosos saludos. Su seguro servidor en J. C. Abate ENGRANO (Bulletin Salésien, julio 1883) 74 (El original en francés) Carta de don Bosco a la señora Quisard Caritativa señora Quisard: Bendito sea Dios en todo. El ha querido otorgarnos la gracia de una buena preparación y una santa comunión de su hija con el santísimo Sacramento de la Confirmación. Bendito sea por siempre y alabado el Señor. ((**It16.567**)) En acción de gracias me ha enviado seiscientos cincuenta francos para la iglesia y orfanato del Sagrado Corazón en Roma y para nuestros pobres muchachos. Agradecidos a usted, harán muchas oraciones y comuniones según su intención. Y yo no dejaré de recordarla cada día en la santa misa, a fin de que el Señor escuche sus ruegos y, sobre todo, mantenga a usted y a toda su familia en el camino del cielo. Obtendremos las gracias con la frecuente comunión. Que Dios le bendiga y la santísima Virgen le protega siempre. Ruegue por mí, que muy agradecido me profeso en J. C. Turín, 13 de junio de 1883 Su seguro servidor, JUAN BOSCO, Pbro. P. D. Espero su visita a María Auxiliadora para oír la misa que yo tendré la dicha de celebrar por usted en su iglesia. 75 Carta del obispo Brandolini a don Bosco Muy reverendo y querido Padre: Ya han pasado más de dos meses desde que me despedí de usted, querido Padre, después de su bendición y su amable estancia en este Instituto. Con su mirada penetrante, se daría cuenta de que sólo le dejaba mi persona, pues iba a su lado mi corazón, que hubiera deseado fuera tan vasto como el mar de su caridad, añadirle al menos una gota y que acabara de latir rodeado por un grupo de sus hijos. De vuelta en mi sede, escribí una carta de agradecimiento para usted al profesor Durando, que no sé si le habrá llegado, y nada más. Sí, nada más; porque entonces dejaba que se calmase mi espíritu, pues, en la quietud del alma, se oye mejor a Dios, y las consiguientes resoluciones resultan más seguras. Mas, durante este lapso de tiempo, persiste mi antiguo anhelo de una celda y después de admirar la abundante y sabia caridad que resplandece en su Instituto, sigo con el resuelto deseo de una celda precisamente con sus Salesianos, donde, aunque ya (**Es16.466**))
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