((**Es16.417**)
38 (El original en francés)
Los temores de una buena viejecita
(Al abate Roussel)
París, 7 de mayo
Señor Abate:
íDe todas partes llevan dinero a don Bosco! Sin
quitar nada a los méritos de ese venerable
sacerdote, me pregunto por qué no se piensa
primero en tantos niños desgraciados, compatriotas
nuestros y, sobre todo, en su excelente obra, que
realiza en Francia lo que don Bosco hace en
Italia, lo que, por consiguiente, tendría que
interesarnos mucho más. Yo prefiero infinitamente
más enviar a usted lo que hubiera podido disponer
en favor de don Bosco; por eso, le adjunto en la
presente un billetito de cien francos, que le
ruego acepte para sus queridos huéfanos. Me
recomiendo a sus valiosas oraciones, lo mismo que
mis hijos y mis nietos.
Una abuela
39 (El original en francés)
Don Bosco en el Consejo Central de la Sociedad
de San Vicente de Paúl (De las actas
del día 22 de mayo de 1883)
...En este momento, el reverendo padre don
Bosco, cuya visita se esperaba, entra en el
Consejo y nos honra tomando parte en nuestra
sesión.
Invitado por el señor Presidente, pronuncia una
conmovedora alocución.
((**It16.502**)) Como
antiguo miembro que es de las Conferencias de San
Vicente de Paúl, pone de relieve el bien que
acarrea a las obras de caridad la unión de la
Sociedad de San Vicente de Paúl con el clero de
nuestras parroquias.
Habla después de las fundaciones que él ha
hecho, sin recurso alguno, y cuyo éxito es
completamente excepcional. Ha venido a París para
establecer una nueva casa para los niños pobres
abandonados.
El principio que le guía en la educación es el
de ganar el corazón de los niños y obtener de
ellos buena conducta y trabajo, como consecuencia
del afecto que demuestran a sus maestros.
El Consejo ruega al reverendo padre don Bosco
que acepte mil francos para la nueva casa a fundar
en París. El reverendo Padre lo agradece y termina
la sesión a las seis menos cuarto, dando en nombre
del Soberano Pontífice -cuya autorización especial
tiene- la bendición a los socios, a sus familias
y a sus obras.
Después de la sesión, el reverendo padre don
Bosco se retira al despacho del Consejo General
para recibir a los socios que quisieran hablar con
él en particular.
(**Es16.417**))
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