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APENDICE DE DOCUMENTOS
Nota: Nos parece útil recordar aquí al lector
que los números entre corchetes ( ) no tienen que
ver con la paginación del presente libro: indican
el inicio de la página correspondiente al original
italiano, para facilitar la búspueda de las
innumerable citas de las Memorias Biográficas (M.
B.), que aparecen en la literatura salesiana y en
documentos oficiales de la Congregación Salesiana.
(N. del T.).
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1
Castigos a imponer en las Casas
Salesianas
Queridos hijos míos:
A menudo y de diversas partes me llegan
peticiones y ruegos, para que dé algunas reglas a
los Directores, a los Prefectos, a los Maestros,
que les sirvan de norma en el difícil caso en que
hubiese que imponer algún castigo en nuestras
casas. Conocéis los tiempos en que nos encontramos
y con qué facilidad puede una pequeña imprudencia
acarrear gravísimas consecuencias.
Así, pues, con el deseo de satisfacer vuestra
petición y libraros a vosotros y a mí, de
dolorosos disgustos y, más aún, para hacer el
mayor bien posible a los jovencitos, que la divina
Providencia confiará a nuestros cuidados, os envío
unas normas y consejos, que si, como espero,
procuráis practicarlos, os ayudarán mucho en la
santa y ardua labor de la educación religiosa,
moral y científica.
En general, el sistema que nosotros debemos
emplear es el llamado preventivo, que consiste en
disponer los ánimos de nuestros alumnos de manera
que, sin violencia alguna exterior, tengan que
someterse a hacer nuestra voluntad. Con este
sistema, quiero deciros que nunca hay que emplear
medios coercitivos, sino siempre y sólo los de la
persuasión y la caridad.
Pero si la naturaleza humana, demasiado
inclinada al mal, necesita a veces ser apremiada
por la severidad, me parece bien proponeros
algunos medios, que, así lo espero, nos darán, con
la ayuda de Dios, resultado satisfactorio. Ante
todo, si queremos aparecer como amigos del
verdadero bien de nuestros alumnos y obligarlos a
cumplir su deber, es preciso no olvidéis nunca que
representáis a los padres de esta querida
juventud, que fue siempre la encantadora finalidad
de mis ocupaciones, de ((**It16.440**)) mis
estudios, de mi ministerio sacerdotal y de nuestra
Congregación Salesiana. Si, por tanto, sois
verdaderos padres de vuestros alumnos, es menester
que también tengáis corazón de padres, y que no
acudáis nunca a la reprensión o castigo sin motivo
y sin justicia. Y sólo a la manera de quien se
resigna a ello a la fuerza o por cumplir un deber.
Quiero exponeros aquí cuáles son los verdaderos
motivos, que deben induciros a la reprensión, y
cuáles son los castigos a imponer y quiénes deben
aplicarlos 1.
1 Véase el Reglamento para las Casas de la
Sociedad de San Francisco de Sales.
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