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preferencia en la construcción de la proyectada
nueva iglesia en la casa de San Pedro en Niza. El
benéfico donante, que sabe muy bien el gran valor
que tienen ante Dios los donativos hechos en vida,
empieza a anticipar dicha cantidad, reservándose
ofrecer las diez mil liras restantes, si todavía
viviere, cuando se lleve a cabo dicha nueva
iglesia. El que suscribe da las más expresivas
gracias y ruega y hace que sus jovencitos rueguen
al supremo Remunerador por el insigne bienhechor y
se encarga muy gustoso de celebrar diez misas por
las necesidades espirituales y temporales del
mismo y de los de su familia, esposa, hijos y
nueras.
En este hermoso día de san Feliciano,
onomástico del benemérito donante y aniversario de
la Consagración de la iglesia de María Auxiliadora
en Valdocco, toda la Sociedad Salesiana y sus
numerosos alumnos hacen los más cordiales augurios
de las más selectas bendiciones al noble señor
Barón Feliciano, y presentan a María Auxiliadora
sus más ardientes deseos de que se digne confirmar
sus sinceros augurios con su poderosa intercesión.
Turín, a 9 de junio de 1883.
Atento y seguro servidor,
JUAN BOSCO, Pbro.
((**It16.425**)) En
esta otra carta al mismo, tenemos una prueba de la
inflexibilidad de don Bosco en querer alejados del
Oratorio los jóvenes que, con su mala conducta,
pudieran escandalizar a los compañeros.
Muy querido señor Barón:
Con mucho gusto condescendería a la readmisión
del joven Verdi, si no fuera por el unánime
parecer de los Superiores de esta casa, que
afirman que no se le puede conceder.
Es voto confidencial de sus superiores que, con
su conducta, ha causado mucho daño a sus
compañeros, y que podría, en el momento menos
pensado, comprometer a toda la casa del Oratorio.
Usted sabe que esta casa está siempre abierta
para sus recomendados, así que envíe otro, en
lugar de Verdi, y será recibido inmediatamente.
Dios le bendiga, mi siempre querido señor
Barón, y dígnese rezar por mí, que siempre seré
con todo afecto y gratitud en J. C.
Oratorio de San Benigno, 2 de octubre de 1883.
Su afmo. amigo,
JUAN BOSCO, Pbro.
A pesar de que había cerrado al joven las
puertas del Oratorio, en atención a su bienhechor
y con la esperanza de que la severa lección
produjese buen resultado, consintió en probar si
su recomendado mudaba de vida en Sampierdarena.
Después de comunicar esto al Barón, le asaltó
hábilmente para que le llevase las restantes diez
mil liras, que necesitaba para los gastos de la
expedición de los misioneros.
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