((**Es16.353**)
En la misma sesión, tomó don Bosco la palabra
para hablar de la economía en las construcciones
concernientes a la iglesia de ((**It16.421**)) San
Juan Evangelista, el hospicio anejo y el nuevo
edificio levantado en el Oratorio para la
tipografía. Encontraba demasiado lujosos los
farolillos para el alumbrado de gas; notaba que el
despacho del director de la tipografía parecía un
bazar, con los armarios de nogal y cortinas en las
ventanas. Y concluía:
->>Quién dará todavía limosnas, viendo tanto
lujo? El marqués de Fassati y el conde Giriodi
exclamaron, al ver en el Oratorio una puerta
elegante: íYo ya no doy más; esto es cosa de
marqueses! Verdad es que lo dijeron riendo y
siguieron siendo buenos amigos; pero me basta que
lo dijeran para saber cómo proceder.
Después de otras observaciones siguió diciendo:
-Es necesario estudiar a fondo las obras antes
de empezarlas y conviene que todos vayan de
acuerdo para no multiplicar los gastos.
Algunas de nuestras construcciones, según dicen
todos, a fuerza de hacer y deshacer, cuestan el
doble de lo que le costarían a una persona
particular. Por tanto: 1.° Dado que, con motivo de
los fríos invernales, se suspendieron las obras de
albañilería en la casa de San Juan, procúrese que
un perito provea de madera, hierro, ventanas y
demás, para que, cuando llegue el buen tiempo, no
se pierda tiempo y se tarden tres años en hacer lo
que otros llevarían a cabo en un solo año. 2.°
Confíense las obras a una empresa constructora y
no se ejecuten por administración, pero poniendo
buenos vigilantes. 3.° De ordinario, salvo casos
de necesidad (por ejemplo, en los últimos pisos),
yo no permitiría las vigas de hierro que sostienen
las bovedillas, para impedir la excesiva sonoridad
de los locales. 4.° Antes de empezar las obras,
procúrese que los técnicos hayan estudiado a fondo
y aprobado los proyectos.
Don Bosco terminó recomendando cuatro cosas:
1.° Recordemos que somos pobres; 2.° Antes de
ejecutar una obra, estúdiese bien el proyecto; 3.°
Antes de ejecutar los proyectos estudiados,
preséntense a don Bosco y al Capítulo Superior; de
lo contrario, no quiero saber nada de ellos; 4.°
Téngase en cuenta las críticas que puedan hacerse
a nuestras obras.
Las cartas, que decíamos, son veinticuatro y
ocho de ellas en frances.
((**It16.422**))
1. Al coadjutor José Rossi
El turinés señor Manati, deseoso de obtener la
cruz de caballero, condonó un considerable
crédito, que tenía con el Oratorio por ciertos
(**Es16.353**))
<Anterior: 16. 352><Siguiente: 16. 354>