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((**Es16.347**) Se discutió en torno al Reglamento para los ejercicios espirituales; unos lo querían demasiado prolijo, otros sintético. Al fin, don Bosco manifestó su pensamiento, diciendo que se preparase un buen Reglamento; pues, si se hacían tantos sacrificios para los ejercicios espirituales, había que precisar las normas conducentes para sacar de ellos el fruto que se pretendía. Deseaba, además, que en cada tanda se diesen algunas conferencias expresamente para los sacerdotes. Las ideas que don Bosco manifestó acerca del noviciado para clérigos y coadjutores casi no tienen más que un valor histórico. Para que se comprendiese bien el espíritu de las Reglas con respecto al noviciado, recordó: -El Padre Santo Pío IX dijo varias veces que, en la formación de los Salesianos, se atendiese a convertirlos en sacerdotes ejemplares en el mundo. Para lo cual se requieren los ejercicios de piedad que conducen a este fin y, al mismo tiempo, conviene que los novicios tengan que desempeñar unos oficios, para ver cuáles son sus disposiciones y aptitudes. Pero habrá que disponer las cosas de modo que no se impidan las prácticas de piedad. Recordó también que Pío IX aconsejaba no emplear la palabra noviciado ((**It16.414**)), sino buscar otra, puesto que el mundo estaba prevenido contra aquella denominación. Que, en la primera audiencia que le concedió León XIII, había expuesto al nuevo Papa las concesiones de su predecesor, a lo que el Papa contestó que no era su intención cambiar nada de lo concedido; si se necesitasen cambios, se tomarían las medidas oportunas. Por último, cuando don Pablo Albera presentó las dificultades que había para que los aspirantes franceses hicieran el noviciado en Italia, por la diversidad de lengua y de instrucción y, sobre todo, por antipatía nacional, don Bosco, apoyado por el capítulo, declaró que se abriría un noviciado en las cercanías de Marsella, para los Salesianos y también para las Hijas de María Auxiliadora. En cuanto al noviciado para los coadjutores, recordó don Bosco como base lo que ya se había dicho hasta entonces, esto es, hacerlos buenos cristianos, y añadió: -Un novicio que practique las reglas de la casa y las reglas generales de la Congregación, y cumpla sus deberes religiosos, tiene lo suficiente. Lo importante es encontrar quien piense seriamente en ellos y los guíe y los ayude. El último punto sobre el que don Bosco dijo cosas que interesa saber, es lo que se refiere a la moralidad entre los socios Salesianos. Después de recomendar que ningún forastero fuese admitido a la mesa común (y esto debía entenderse como admisión habitual y no (**Es16.347**))
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