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CAPITULO XIV
EN ALGUNAS CASAS DE ITALIA.
VICISITUDES
DE LA CASA DE FAENZA. OFRECIMIENTO EN
BOSTON
EL día 28 de diciembre de 1883 se propuso en una
sesión del Capítulo Superior, presidida por don
Bosco, publicar en el Boletín una nota de las
peticiones hechas desde diversas partes del mundo
para abrir nuevas casas; sólo de enero a aquella
fecha su número llegaba a ciento cincuenta. La
nota no apareció; pero, en la carta anual de 1884,
y teniendo también en cuenta peticiones
anteriores, don Bosco escribió que había recibido
más de doscientas proposiciones para abrir nuevas
casas, no sólo en Italia, en Francia y en diversas
partes de Europa, sino también en la India, en
China, en Japón y en las más apartadas islas de
Oceanía. Ya hemos hablado en capítulos anteriores
del extranjero; diremos ahora aquí algunas cosas
de Italia, que no encontraron allí lugar oportuno.
Durante el año 1883, no se abrió ninguna nueva
casa en Italia: pero había muchas obras en curso.
Se restauraba la fábrica de papel de Mathi,
destruida por la explosión de la caldera 1; se
construía un nuevo edificio en este mismo pueblo;
se completaba la nueva tipografía y algunos
talleres, al lado derecho de la ((**It16.400**))
iglesia de María Auxiliadora en el Oratorio; se
empezaba la construcción del hospicio de San Juan
Evangelista en Turín; se amplificaban el de
Florencia y las escuelas de La Spezia; se
continuaba el templo del Sagrado Corazón y se
empezaba el hospicio anejo en Roma. Todo ello era
una prueba evidente de vitalidad; pero, como no se
emprendía nada sin antes dirigirse a don Bosco,
que era cerebro y motor de todo, resulta fácil
imaginar el cúmulo de preocupaciones que caían
sobre él por este lado, especialmente para
proporcionar los medios.
Las casas existentes en Italia eran veintidós;
dieciséis de ellas eran normales, es decir, con el
número reglamentario de socios, y las otras seis
sucursales no pasaban de cinco.
1 Véase vol. XV, pág. 556.
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