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((**Es16.333**) cumpliendo cada vez más. En este momento se ha convertido en el punto central de nuestras empresas. Mucho se habla, se escribe, se publica para explicar y poner en práctica nuestros planes>>. Siempre en relación con el sueño de la Patagonia, Lemoyne recogió de labios de don Bosco estas palabras: -Cuando se lleguen a conocer las inmensas riquezas que encierra la Patagonia, este territorio tendrá un desarrollo comercial extraordinario. En las entrañas de los montes se ocultan minas preciosas; en la cadena de los Andes, entre los grados 10 y 20, hay minas de plomo, de oro y de materiales más preciosos aun que el oro. Para que se tenga una idea del valor de este sueño, añadiremos algunos datos de mayor relieve. El siervo de Dios nos ofrece una serie de noticias positivas de las que él no podía tener conocimiento ni por los geógrafos ni por los viajeros, pues aquellas latitudes estaban aún por explorar, siendo aún desconocidas al turismo y a las expediciones científicas. A estos elementos hay que añadir datos de naturaleza profética, referentes a un porvenir más o menos lejano. Pasando por encima de estos últimos, nos limitaremos a cuatro particularidades del primer género, apoyados en las preciosas informaciones que nos han sido suministradas por De Agostini, el salesiano explorador de las tierras australes 1. Ante todo, consideremos la descripción que don Bosco hace de las Cordilleras. Todos creían que este accidente geográfico era como una muralla divisoria, esto es, una cadena homogénea que se extendía de Norte a Sur por más de 30 grados de latitud, formando un cordón único en elevación y dirección. En cambio, las exploraciones y los estudios realizados durante algunos decenios han demostrado que los Andes, como observa justamente don Bosco, se encuentran seccionados por numerosas y profundas depresiones en forma de sinuosidades, valles y pasajes lacustres y subdivididos en grupos o nudos de cadenas que se ((**It16.396**)) presentan en direcciones opuestas, ofreciendo grandes diferencias en sus caracteres geológicos y orográficos. Nos encontramos, pues, en los antípodas de la representación primitiva de una cadena integrada por una unidad geográfica. En la descripción de don Bosco, que representa la configuración vertical de los Andes y los accidentes que modifican su estructura orográfica, hallamos en verdad una impresionante exactitud. Ni el más autorizado estudioso de estos temas geográficos habría podido publicar en aquel tiempo una 1 Así que tenga terminada dentro de no mucho tiempo la segunda parte de sus exploraciones, De Agostini, dando cuenta de ellas en un próximo tomo, someterá a minucioso examen las cosas que el santo afirma en su sueño. (**Es16.333**))
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