((**Es16.319**)un
misionero fijo para Pringles. Y lo de que ya no
había salvajes en Patagonia era más fácil
afirmarlo que demostrarlo.
El Capítulo Superior trató este enojoso tema el
día 5 de abril de 1884, y consta, en el libro de
actas, que don Bosco, después de leer la carta de
don Santiago Costamagna, habló en estos términos:
-Envíese copia de esta carta a monseñor
Jacobini. Sin duda, surgirán oposiciones contra la
institución del Vicariato en Patagonia. Todos
aprueban una obra buena, pero ninguno puede o
quiere hacerla; mas, cuando uno la hace y triunfa,
se presenta allí la pobre humanidad de los otros,
resentida y queriendo atribuirse de algún modo el
mérito, gozar de su fruto, y pretender haber hecho
aquello en lo que los otros triunfaron. Ya mi
madre decía: El perro del hortelano, ni come las
berzas ni las deja comer. La República Argentina
no puede darse por ofendida con el nombramiento
del Provicario, porque yo he escrito ya al
Arzobispo y al Presidente de la República, para
que examinaran el proyecto.
Acabamos de ver cómo pensaba el Arzobispo de
Buenos Aires y don Bosco, ((**It16.379**)) dando
muestras de haber comprendido la delicadeza de los
miramientos a tener con el gobierno argentino,
había dirigido la siguiente carta al Presidente de
la República, que era el general Roca, en la que
se dan amistosamente la mano la sencillez del
Santo y la habilidad del hombre de negocios.
Excelentísimo Señor Presidente de la República
Argentina:
Las desiertas Pampas y la Patagonia, que tantos
trabajos y sudores costaron ya a V. E., y cuya
evangelización tuvo a bien encomendar varias veces
a los misioneros salesianos, parece que están en
condiciones de asumir una organización normal, ya
sea en lo tocante a la civilización, como en lo
tocante a la religión.
Hace cuatro años que nuestros religiosos,
guiados por V. E., han hecho sus primeras pruebas
en aquellas vastas regiones y, el presente, han
podido establecerse en varias colonias a orillas
del Río Negro, llegando en sus excursiones
apostólicas hasta el Río Chubut y el lago
Nahuel-Huapí, a poca distancia de las Cordilleras.
Lograron fundar iglesias, escuelas y asilos
para niños y niñas. Pero el número creciente de
los que abrazan la fe ha obligado al reverendo don
Santiago Costamagna a venir a Europa en busca de
operarios evangélicos. En efecto, ha logrado
preparar veinte misioneros y diez religiosas, que
el día doce del próximo mes de noviembre saldrán
para la República Argentina. Yo me industrio, por
todos los medios posibles, para que salgan con el
equipo necesario de ropa, ornamentos y vasos
sagrados, y también con los principales utensilios
y herramientas de artes y oficios; pero,
necesitaría que V. E. se dignase ayudarnos a pagar
los pasajes en el barco de la Sociedad de
transportes marítimos.
La parte activa que el Gobierno Argentino ha
tomado en la civilización de aquellos salvajes y
los grandes sacrificios que ha hecho por el bien
social del Estado y
(**Es16.319**))
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