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llegaban a cinco mil trescientos veintiocho y las
exploraciones habían alcanzado las Cordilleras,
recorriendo las orillas del Limay hasta el lago
Nauel-Huapí, y la del Neuquén hasta el Norquín; y
se habían explorado el Río Colorado, la meseta de
Valcheta y todo el Río Negro en ambas orillas. Lo
cual era lo mismo que decir toda la Patagonia
septentrional en una extensión de más de treinta y
cinco mil kilómetros. No hay alabanza humana que
pueda corresponder nunca al mérito de aquellos
operarios evangélicos, hijos del Oratorio, que, en
tan pequeño número, había lanzado don Bosco a tan
inhóspitas tierras para la pacífica conquista de
las almas.
((**It16.375**)) Esta
relación produjo el efecto que don Bosco deseaba
hacía mucho tiempo. El había presentado, como
vimos, a la Santa Sede la propuesta de erigir en
aquellas lejanas tierras tres vicariatos
apostólicos o tres prefecturas. En 1881, cuando el
Vicario General de Buenos Aires, monseñor
Espinosa, fue a Turín, le había hablado de sus
planes, rogándole se convirtiera en su intérprete
ante el Arzobispo, e insistiendo especialmente
sobre la Patagonia septentrional. Este declaró
estar muy conforme y dispuesto a secundarlo.
<>. El
Arzobispo no exageraba al hablar de esta
imposibilidad; su archidiócesis abrazaba una
extensión como siete veces la de Italia.
León XIII había pasado el asunto al estudio de
una comisión de cardenales, de la que también
formaba parte el cardenal Alimonda, como ya hemos
narrado. Ahora, a la vista de tan notables
resultados se creyó que era el momento de llegar a
la sistematización pedida. A tal efecto, el
cardenal Simeoni, prefecto de Propaganda,
interpeló a don Bosco sobre su parecer definitivo,
invitándole también a indicar el nombre de los
candidatos, que le parecían más aptos para el alto
oficio. Don Bosco contestó con este escrito.
Eminencia Reverendísima:
Por deferencia a los santos deseos varias veces
manifestados por el Padre Santo y tomando como
base los sabios proyectos de V. E. Rvma., he
expuesto mi pobre parecer sobre cómo se podría
dividir Patagonia para llevar a sus habitantes al
seno de la Santa Madre Iglesia. La posición
geográfica e histórica de aquella región ha sido
expuesta más prolijamente en el mapa geográfico y
en la relación, que tuve el honor de
1 Buenos Aires, 16 de marzo de 1882.
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