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((**Es16.31**) Cuando vengas al Oratorio, habla con él y, junto con don Juan Bonetti, trazaréis el plan de batalla. Dios te bendiga a ti, a tus obras y a tu familia. Rogad por mí. Turín, 8-83. Afmo. amigo, JUAN BOSCO, Pbro. Antes de salir del Oratorio dio otro solemne testimonio de su celo por la conservación de la fe. Ya hemos hablado del impío y descarado periódico que se publicaba en Turín y llevaba por título el nombre adorable del Salvador 1. Las cosas habían llegado al extremo. Los vendedores lo anunciaban a voz en grito por las calles; había grandes cartelones pegados en las paredes; manos sacrílegas escribían en muchos lugares con pintura negra sobre las losas de los pórticos aquel nombre adorable, como para obligar a la gente a pisotearlo. Gente del hampa observaba a las personas religiosas y, al verlas hacer un ademán de horror y dar un rodeo, reían burlonamente. Se acudió al Fiscal de los Tribunales para que pusiera coto al escándalo, pero se escabullía, amparándose tras la ley de libertad de prensa 2. Hubo mozos valientes que con un detergente químico borraban a primeras horas de la mañana aquel sagrado nombre, ((**It16.26**)) aunque estaba escrito con barnices que calaban la piedra. La indignación de los buenos llegaba al colmo; y, sin embargo, no aparecía ninguna protesta de la autoridad eclesiástica. Aunque los diarios católicos gritaban, parecía que se ignoraba lo que sucedía en la ciudad. Ya era hora de moverse. Entonces don Bosco ordenó a don Juan Bonetti que alzara la voz en el Boletín, leído en Italia por muchos que no leían la Unit… Cattolica. Aquella alma impetuosa escribió un artículo largo y brioso que tituló Jesucristo nuestro Dios y nuestro Rey y lo cerró con una ardorosa profesión de fe y amor. Gustóle tanto a don Bosco que convenció al autor para publicarlo enseguida, en forma de folleto, y repartirlo gratuitamente entre el pueblo de Turín. Con permiso de la autoridad eclesiástica, se cumplió inmediatamente su deseo después de la salida del Siervo de Dios; y la Sociedad de Obreros Católicos repartió hasta cien mil ejemplares en un solo domingo de febrero, a las puertas de todas las iglesias de Turín 3. 1 Véase M. B., vol. XV, pág. 340. 2 Don Juan Bonetti, en nombre de algunos ciudadanos de Turín, envió una protesta al Ministro de Gracia y Justicia (Apéndice, doc. núm. 8). 3 Véase Apéndice, doc. núm. 9.(**Es16.31**))
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