((**Es16.303**)
Pronto veremos que tuvo ocasión de pasar del
dicho al hecho. La respuesta del Cardenal no pudo
ser más afectuosa 1. Escrita por el secretario,
pues Alimonda tenía dificultad para manejar la
pluma y solía dictar, acaba con dos renglones
autógrafos, que dicen así: <>.
((**It16.359**)) La
reaparición de don Juan Bonetti en Chieri renovó
el recuerdo de su celo y reavivó los antiguos
rencores. No sólo se murmuró en voz baja, sino que
también se azuzó a la prensa. Naturalmente el
verdadero blanco seguía siendo don Bosco; que don
Bosco y sus secuaces en Chieri eran un hormiguero
de curas y frailes, que atendían a las beatas
viejas y jóvenes; que traficaban con niñas
inexpertas para poblar conventos, cuyas
corporaciones, abolidas por la ley, debían ser
abolidas también de hecho; que el principal
emprendedor de semejante empresa era un centro
surgido a la chita callando, sin autorización y
casi sin que ni siquiera las autoridades se diesen
cuenta de ello; que aquel centro ocupaba una casa
legada al mismo en herencia, por cierto señor
famoso, para empresas jesuíticas; que había allí
ocho monjas, las cuales, so pretexto de la
enseñanza, insinuaban a inexpertas niñas la
desafección a la familia, para animarlas después
con las consabidas artes y forzarlas mediante
promesas a abandonar a sus madres y ponerse un
velo que se rasgarían un día renegando contra su
infelicidad; que son ya muchas las víctimas de
aquellas siervas de Dios, y que todas las familias
lamentan la partida de alguna muchacha sencilla
que, con la argucia de presentarse a exámenes en
Nizza, se había ido recientemente y para siempre
una jovencita de quince años en compañía de la
superiora del centro, dejando angustiadas a la
abuela y a la madre, solas en este mundo; que
nadie llevaba cuenta de estos sucesos abominables,
pero que se esperaba la autorizada palabra de la
prensa liberal para despertar de su letargo a las
competentes autoridades 2. Toda esta vulgar
monserga tendía a atacar al Oratorio de Chieri y
al internado de las Hijas de María Auxiliadora.
No fue difícil la réplica que, con permiso de
don Bosco hizo don Juan Bonetti, presentando
documentos primero y desafiando triunfalmente
después: <> 3. Nadie
resolló; pero no suele ser fácil disipar las
sospechas de semejantes acusaciones, nacidas
ordinariamente de personas e instituciones
religiosas. ((**It16.360**))
Nosotros por ahora no añadiremos
1 Ibídem, doc. núm. 83.
2 Gazzetta del Popolo, 6 de octubre de 1883.
3 Gazzetta del Popolo, 13 de octubre de 1883.
(**Es16.303**))
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