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religiosos y se diera oportunidad a los sectarios
para extender la obra maléfica. Así lo confiesan y
deploran hoy día los más iluminados supervivientes
del legitimismo, y éste, al fin y al cabo, era
también el pensamiento de don Bosco, como hemos
visto a propósito de las dimisiones de los
magistrados en 1880.
Las cosas de Frohsdorf iban cada vez mejor,
tanto que la Croix que publicaba diariamente una
nota sobre la Enfermedad del Conde de Chambord,
desde el número del día veinticinco cambió
Enfermedad por Salud y, desde el día treinta y
uno, escribió Convalecencia. Durante el reflorecer
de tan alegres esperanzas, se pidió a don Bosco
una estampa de María Auxiliadora para el Conde con
un autógrafo suyo. El la envió el día cuatro de
agosto con esta invocación a la Virgen asunta al
Cielo escrita al dorso: <> 1.
((**It16.350**)) A
primeros de agosto fue tal la satisfacción de los
médicos, que ya no creyeron necesario seguir
publicando el boletín. En efecto, el Príncipe leía
la correspondencia, bromeaba en torno a las
noticias que daban los periódicos de él, hacía que
le llevaran al jardín durante horas y horas y
asistía a partidas de caza. Con su pasión por la
caza, pidió el día cuatro de agosto una escopeta y
desde su sillón, con mano temblorosa, se la ajustó
al pecho, apuntó a un ciervo e hizo blanco. Cuando
los médicos se enteraron de este capricho, que
consideraban como una grave imprudencia, le
prohibieron severamente que volviera a bajar. Los
médicos tenían razón: la imprudencia fue realmente
fatal. Su gentilhombre de cámara, el conde de
Monti, decía a don Bosco en una carta que la caza
había durado cinco horas y que mientras el
Príncipe disparaba, la culata de la escopeta le
había dado un golpe en el estómago. Cuatro días
después los boletines reaparecieron con noticias
de color sombrío. Don Bosco escribió por aquellos
días a la Princesa:
Señora Princesa:
Los periódicos traen graves noticias del señor
Príncipe de Chambord y esto me aflige mucho. En
todas nuestras casas se reza sin interrupción. Yo
sigo celebrando la
1 O Marie, en honneur de votre Assomption au
Ciel, portez une particuliŠre bénédiction … vorre
fils Henry et … son épouse charitable, et leur
accordez bonne santé, la persévérence dans le
chemin du Paradis. Ainsi soit-il.
Turín, 4 août, 1883
Abbé
J. BOSCO
(**Es16.295**))
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