((**Es16.289**)quería
celebrar la fiesta de san Enrique. Presidía la
Condesa. ((**It16.342**))
Reinaba bastante alegría. Se había servido el
asado y escanciado el champaña en las copas,
cuando de pronto, con estupor y regocijo de todos,
se asomó a la sala el Príncipe, llevado por los
camareros sobre un sillón de ruedas. La esposa
fuera de sí corrió a su lado. La emoción arrancaba
las lágrimas. Estaba flaco y demacrado; sin
embargo, dijo con voz enérgica:
-No he querido que se bebiese a mi salud, sin
estar yo presente. Dichas estas palabras, pidió
una copa de champaña. De Charetté la puso a toda
prisa en sus manos. Con gracia exquisita, brindó a
la salud de la Condesa, de los presentes y de don
Bosco, acercó la copa a los labios y después se la
hizo llevar a su habitación.
Cuando la agencia Havas anunció que el Príncipe
se había hecho trasladar a la sala del convite en
el banquete de san Enrique, para celebrar la
fiesta con los invitados, muchos creyeron que era
una broma del telégrafo; tampoco la Croix ((**It16.343**)) se
atrevió a publicar la asombrosa noticia, después
de los amenazadores boletines médicos, recibidos
hasta entonces. Pero es fácil explicar la
vacilación; ningún telegrama había anunciado,
antes de aquella fecha la llegada de don Bosco.
A medida que los detalles de la mejoría se
confirmaban, se reavivaban las esperanzas de los
ánimos; en cambio aumentaba el mal humor en el
grupo de los adversarios políticos. Sus periódicos
insinuaron que todo aquello era una farsa; farsa
la enfermedad y farsa la mejoría. Si hubieran
querido ser cabales, deberían haber añadido que
En el mismo libro encontramos también el menú
de la comida:
Cena del día 15 de julio,
1883
- -
Sopa a la Reina
Condimentos para
sazonarla
Lomo de buey asado a la
jardinera
Entrada
Pollos a la Villeroy
- -
Ponche a la romana
Asado
Pierna de corzo a la salsa
pebrada
<>
Coliflores con salsa a la
mantequilla
Helado a la vainilla rellena
de almendras
(Como fácilmente puede comprenderse, traducimos
las <>, mas sin hacernos cargo exacto de
su significado. Vivimos muy lejos de una minuta de
comida extranjera, palaciega y antañona). (N. del
T.).
(**Es16.289**))
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