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estandarte de la antigua monarquía francesa, hizo
fracasar los intentos de restauración monárquica.
Desde entonces, vivió desterrado en Frohsdorf,
en el castillo que le dejó en testamento la
duquesa de Angulema, situado en Estiria a cuarenta
kilómetros de Viena, cerca de la estación
ferroviaria de Wiener-Neustadt. No abandonó nunca
sus aspiraciones de devolver a Francia su
histórico régimen, sin llegar a pactos con la
revolución. Era un óptimo cristiano en su vida
privada y pensaba continuar en el trono la serie
de los reyes cristianísimos. Para él no había más
que soberanía cristiana o nada.
-Jamás consentiré, decía, llegar a ser el Rey
legal de la revolución.
En el año 1883, cuatro meses antes que llegasen
al público noticias alarmantes sobre su salud, don
Bosco recibió desde Gorizia, en otro tiempo
residencia del abuelo, una carta de parte del
Príncipe, en la que se le hablaba de un incidente
ocurrido a éste y se le pedía que hiciera
oraciones especiales. Decía el secretario: <> 1.
((**It16.332**)) Sea
cual fuere el incidente mencionado en la carta
(quizás, según dicen, un ataque de flebitis) 2,
una grave enfermedad minaba ya al Príncipe. Los
periódicos no supieron nada hasta el día primero
de julio, cuando un telegrama recibido en Union,
de París, lanzaba de improviso la noticia de que
las condiciones de Su Alteza Real despertaban
serias inquietudes. El mismo día, en el espacio de
cinco horas,
1 Apéndice, doc. núm. 78. A primeros del mes,
el conde de Chambord había mandado enviar a don
Bosco un donativo para sus obras (Apéndice, doc.
núm. 79). Las fuentes de nuestra relación son las
siguientes: 1.° una relación inédita del abate
Curé, capellán del Conde, enviada a monseñor
Serafín Vannutelli, Nuncio Apostólico ante la
corte de Viena, y llegada a nosotros por medio de
la familia del conde de San Marzano, cuya madre
era natural de Hungría, la condesa Luisa
I…nkovics. Su padre, Montbel, aristócrata francés,
que fue ministro de Carlos X, había seguido al
conde de Chambord al destierro. Tal vez por su
medio tuvo ella el documento, que guardó con amor
como una reliquia, porque tenía en gran veneración
a don Bosco. Lo había conocido en Niza. Tenía a
sus hijos en un colegio del Principado de Mónaco,
pasaba en Niza buena parte del año y cuando se
enteraba de la llegada de don Bosco enviaba a la
estación su coche para honrarle. (Apéndice, doc.
núm. 80). 2.° Una relación incompleta de don
Miguel Rúa, publicada por vez primera en Il Servo
di Dio Michele Rua de AMADEI. Torino, S. E. I.
(sin fecha), vol. I, págs. 326-9. 3.° J. Du Bourg,
Les entrevues des Princes … Frohsdorf, París,
Librairie Académique Perrin et Cie, 1910, págs.
112-169. 4.° Diarios y documentos de archivo, que
iremos citando.
2 RENE DE MONTI DE REZE Souvenirs sur le Comte
de Chambord, París, Edition Emile-Paul FrŠres,
1931, pág. 112: <>.
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