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((**Es16.278**) de Dios>> 1, de modo que entre <> él no duda en contar su <> con don Bosco 2. Nada, pues, impide tener como cierto que el inolvidable encuentro no fue meramente casual, o debido a circunstancias puramente humanas, sino predispuesto en sus arcanos consejos por la Providencia divina. Son dignos de notar el rasgo de cortesía y la delicada expresión, que el Siervo de Dios tuvo con él cuando se separaron para no volver a verse más. A punto de despedirse, quería el huésped manifestar su propia satisfacción entregando a don Bosco una limosna; pero el Santo, cosa insólita, la rechazó diciendo: -Usted podrá ser útil de otra manera a nuestra Congregación. No pretendemos atribuir a estas palabras un significado superior al valor de una exquisita cortesía; pero nada nos impide concluir con una reflexión. El que había confiado al humilde sacerdote piamontés una misión de bien tan vasta como la Iglesia, guió los acontecimientos de manera que aquél de sus Vicarios, a quien iba a tocar el cometido de poner a dicha misión el sello del supremo reconocimiento, descubriese con antelación y valorase de cerca los tesoros de gracia, que el Espíritu Santo derramó sobre él. 1 Discurso citado, del 19 de marzo de 1929. 2 Discurso citado, del 8 de junio de 1922, del 3 de junio de 1929 y del 9 de julio de 1933. (**Es16.278**))
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