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Estos convites no eran para él un descanso,
sino que, por el contrario, le cansaban bastante;
sin embargo, sabía llevar siempre a ellos la nota
alegre, pues no había nada mas opuesto a su
espíritu que, en tales casos, servir de molestia a
sus comensales. Una vez le sirvió el barón de
Montigny vino de Frontignan y exclamó don Bosco,
después de beberlo:
-íVino excelente! Es realmente bueno. íUn poco
más!
Y al decir esto alargaba la copa. De buenas a
primeras pareciéronle extrañas aquellas
exclamaciones a alguno de los convidados; pero no
se tardó en comprender que era un honor que hacía
al vino para honrar al dueño de la casa o también,
como se sospechó, una broma para encubrir la
virtud. Desde entonces, el señor de Montigny
cambió el nombre a su vino de Frontignan, y lo
llamó vino de don Bosco.
El día diez de mayo le preparó un solemne
banquete la Dirección de escuelas católicas, cuyo
fundador y patrono era el señor Jonglez de Ligne.
Ocho días antes había escrito este ferviente
católico al secretario de don Bosco: <>. A los
postres, presentaron un pastel sobre el cual se
levantaba como un monumento, hecho de dulce, una
bonita estatua de María Auxiliadora y, al
quitarla, apareció la iglesia de Valdocco. Reinaba
entre los comensales la mas sincera alegría. Al
hablar de los agasajos que había recibido don
Bosco en París, dijo alguien que tenía sobrado
motivo para enorgullecerse por tantos triunfos.
Pero don Bosco callaba. Entonces otro le preguntó:
-Ea, díganoslo; >>qué piensa usted de todo
esto?
Con bonachona y algo cómica seriedad, contestó:
-Pues... estoy pensando si me conviene, o no,
ser orgulloso.La inesperada respuesta provocó un
estallido de buen humor.
((**It16.265**)) La
obra de la escuela católica tenía un himno, que se
cantaba con ocasión de colectas o de reuniones
públicas. Fue ejecutado también entonces por un
coro de muchachos. Era un poema guerrero. Su
marcial estribillo expresaba maravillosamente el
ardor de los nuevos cruzados, entrados en liza
para defender los derechos de Dios contra la
laicización de la escuela. Brindó en nombre de los
dirigentes el señor Pablo Tailliez, augurando que
la presencia del <> comunicara a
los miembros de la asociación una chispa del ardor
que todo lo inflamaba de gloria por Jesús, por la
salvación de las almas y especialmente por la
cristiana regeneración de la juventud mas
necesitada. Otro señor, que había visitado cuatro
años antes el
(**Es16.226**))
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