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((**Es16.226**) Estos convites no eran para él un descanso, sino que, por el contrario, le cansaban bastante; sin embargo, sabía llevar siempre a ellos la nota alegre, pues no había nada mas opuesto a su espíritu que, en tales casos, servir de molestia a sus comensales. Una vez le sirvió el barón de Montigny vino de Frontignan y exclamó don Bosco, después de beberlo: -íVino excelente! Es realmente bueno. íUn poco más! Y al decir esto alargaba la copa. De buenas a primeras pareciéronle extrañas aquellas exclamaciones a alguno de los convidados; pero no se tardó en comprender que era un honor que hacía al vino para honrar al dueño de la casa o también, como se sospechó, una broma para encubrir la virtud. Desde entonces, el señor de Montigny cambió el nombre a su vino de Frontignan, y lo llamó vino de don Bosco. El día diez de mayo le preparó un solemne banquete la Dirección de escuelas católicas, cuyo fundador y patrono era el señor Jonglez de Ligne. Ocho días antes había escrito este ferviente católico al secretario de don Bosco: <>. A los postres, presentaron un pastel sobre el cual se levantaba como un monumento, hecho de dulce, una bonita estatua de María Auxiliadora y, al quitarla, apareció la iglesia de Valdocco. Reinaba entre los comensales la mas sincera alegría. Al hablar de los agasajos que había recibido don Bosco en París, dijo alguien que tenía sobrado motivo para enorgullecerse por tantos triunfos. Pero don Bosco callaba. Entonces otro le preguntó: -Ea, díganoslo; >>qué piensa usted de todo esto? Con bonachona y algo cómica seriedad, contestó: -Pues... estoy pensando si me conviene, o no, ser orgulloso.La inesperada respuesta provocó un estallido de buen humor. ((**It16.265**)) La obra de la escuela católica tenía un himno, que se cantaba con ocasión de colectas o de reuniones públicas. Fue ejecutado también entonces por un coro de muchachos. Era un poema guerrero. Su marcial estribillo expresaba maravillosamente el ardor de los nuevos cruzados, entrados en liza para defender los derechos de Dios contra la laicización de la escuela. Brindó en nombre de los dirigentes el señor Pablo Tailliez, augurando que la presencia del <> comunicara a los miembros de la asociación una chispa del ardor que todo lo inflamaba de gloria por Jesús, por la salvación de las almas y especialmente por la cristiana regeneración de la juventud mas necesitada. Otro señor, que había visitado cuatro años antes el (**Es16.226**))
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