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último, tomó la palabra don Bosco. Aunque
instrumento indigno e imperfecto, se ponía a
disposición de los que habían solicitado su ayuda.
Felicitó a los fundadores, bienhechores y
administradores del orfanato y, en particular, a
las religiosas que lo cuidaban, dignas hijas de
San Vicente de Paúl; el gran héroe y perfecto
modelo de la caridad cristiana añadió:
-Admiro cuanto aquí se ha hecho y yo no vengo a
destruir vuestra obra, sino únicamente a
mejorarla, si puedo, con vuestra colaboración.
Terminó invocando la bendición del Señor sobre
los presentes y sobre sus familias.
También en este caso, el mencionado diario
repetía en otros términos la observación de sus
colegas. <((**It16.262**))
producir fuerte impresión en un auditorio y que
disponen a dejarse convencer. Tiene poca voz,
pronuncia defectuosamente, usa un lenguaje
incorrecto y no hace el más mínimo esfuerzo por
hacer menos sensibles estas desventajas oratorias
y suplir con la acción la evidente insuficiencia
de la dicción. Y, con todo, este débil anciano
arrastra por donde pasa a las masas; este orador,
aunque mal hablista y cuya voz se oye con
dificultad, sacude e incita a los más duros
sacrificios. Si no hubiese algo más prodigioso en
la vida de don Bosco, >>no bastaría este milagro,
que se repite cada día?>>.
El día siguiente, fue a hablar en la iglesia de
San Mauricio; informó ampliamente de ello a sus
lectores el Pas-de-Calais-Arras en los dos números
del siete y ocho de mayo. Dos clases de personas,
según el periódico, conocían a don Bosco antes de
que su nombre corriese, como sucedía entonces, por
toda Francia, a saber: los peregrinos de Roma, que
habían sido testigos entusiastas de su actuación
en Italia, y los que, yendo a Niza en busca de
salud, habían tenido también la gran satisfacción
espiritual de respirar el perfume procedente de la
obra salesiana de aquella ciudad. Todos éstos,
transformados después en apóstoles del apóstol,
iban cambiando sus penosas peregrinaciones por
piadosas oraciones, convirtiéndolas también en
instrumento de salvación para muchos.
Después de esta observación preliminar, el
corresponsal hacía la presentación de don Bosco en
estos términos: <(**Es16.224**))
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