((**Es16.223**)
La noticia de su viaje, publicada por los
periódicos de París unos días antes de la fecha,
despertó en la ciudad gran expectación, de suerte
que, cuando se supo que llegaba, acudió mucha
gente a recibirle. Creció el entusiasmo, al
correrse la voz de que aquella misma tarde había
ido a la cabecera de una enferma y le había
producido una sensible mejoría con su bendición.
Dióse la bienvenida a don Bosco con una
recepción en su honor en el orfanato de San
Gabriel. El piadoso instituto no había visto nunca
sus salas tan abarrotadas de ciudadanos; un par de
horas antes del momento fijado, había comenzado la
afluencia para la conquista de un sitio. <>.
((**It16.261**)) Los
jovencitos cantaron un himno, compuesto de versos
yámbicos o de seis pies, en cuatro octavas. En las
dos primeras estrofas, se comparaba el paso de don
Bosco por Francia al de Jesús atravesando las
ciudades de Judea, entre un tropel de madres, que
le presentaban sus hijitos para que los bendijese.
En la tercera, Francia envidiaba a Italia la
suerte de poseer a don Bosco; pero se daban
gracias a Dios porque en todas las partes de la
tierra la obra de don Bosco hacía resplandecer el
poder de Dios y su Providencia. En la última, la
ciudad de Lille se alborozaba por tenerle entre
sus muros. Lille, baluarte de Francia, Lille feliz
por poder hacerse eco del entusiasmo universal,
gritando: íViva don Bosco!
El saludo, que se le leyó a continuación,
parafraseaba los versos añadiendo dos conceptos
nuevos, a saber; que Francia se había entregado a
un arranque de conmoción y reverencia ante la
aureola de sacerdote y de apóstol que brillaba en
su frente, y que se consideraba por los presentes
como una gracia señalada y uno de los recuerdos
más gratos el haber ocupado un puesto por un
instante en sus pensamientos 1. Seguía una
relación sobre el pasado y el presente del
instituto, compilado por el Presidente del consejo
de administración. Por
1 Véase Apéndice, doc. núm. 64, A-B.
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