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-No está tan grave como piensan.
Así que marchó, la niña fue declarada fuera de
peligro, y es hoy la condesa Carlota Du Reau de la
GaignonniŠre, que heredó de su familia una gran
devoción al Siervo de Dios 1.
El treinta de abril, cumpliendo su promesa,
celebró en la ((**It16.243**))
Madeleine por las señoras que habían hecho la
colecta y por todos los bienhechores de sus obras.
Queriendo tener una delicada atención con la
condición de las personas que debían asistir, fijó
la misa para las nueve y media y, después, dio la
bendición con la indulgencia plenaria. Quiso decir
unas palabras desde el altar sobre la caridad;
pero sólo los más próximos tuvieron la suerte de
oírlas. Ni que decir tiene que hubo la misma
concurrencia que de costumbre; es de notar, en
cambio, que sucedió un hecho poco antes de que el
Siervo de Dios llegase a la iglesia 2.
Aquella mañana fue a buscar a don Bosco a la
avenida Mesina el abate De Bonnefoy, vicario de
San Roque, y más tarde Obispo de La Rochelle, que
predicaba un triduo en la Madeleine y se había
comprometido a llevar al Santo a casa de una
enferma. Se trataba de una tuberculosa en su
última fase; poco antes había recibido los últimos
Sacramentos, y parecía que estaba ya muy próximo
su fin. El piadoso sacerdote había insinuado a la
madre y a la hija enferma la esperanza de que la
bendición de don Bosco pudiese devolverle la
salud. El Siervo de Dios se acercó al lecho de la
joven y le preguntó:
->>Tiene usted fe?
-Sí, padre, contestó la madre por la moribunda;
nosotras tenemos mucha fe.
-Si tiene fe, curará, porque la fe puede
trasladar las montañas.
Rezará, pues, cada día un padrenuestro, avemaría y
gloria en honor del Corazón misericordioso de
Jesús y una salve, a fin de que María Auxiliadora
la tome bajo su protección. Hará esto hasta la
fiesta de la Asunción.
-Padre, replicó con viveza la señora algo
desilusionada en su
1 La Condesa conserva todavía la medalla, en la
que está grabada la fecha 29 de abril de 1883. De
donde se deduce que se habían acuñado medallas
expresamente para el día de aquella conferencia.
En una relación del 18 de marzo de 1902, describe
así la señora Du Plessis madre, nuera de la
anterior, la entrada de don Bosco en el palacio:
<>.
2 De este hecho tenemos dos relaciones
manuscritas: una del padre salesiano FŠvre, que se
lo oyó contar al Obispo de La Rochelle y la envió
por carta a don Juan Bautista Lemoyne el día 1.°
de diciembre de 1898, y la otra de la baronesa
Cholet, madre de la agraciada, en una carta del 29
de noviembre de 1930.
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