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Hemos reservado una visita del día dieciocho de
mayo para cerrar este capítulo. La princesa
Margarita de Orleáns, hermana del conde de París,
Luis Felipe Alberto, y segunda esposa del príncipe
Ladislao Czartoryski, invitó al Siervo de Dios a
celebrar la misa en su palacio Lambert 1. Al punto
lo notificó a su hermano ausente y éste contestó
que rogara a don Bosco retrasase su visita los
días que él necesitaba para tener tiempo de llegar
allí. Cuando el Príncipe llegó, fue don Bosco. Le
esperaban siete Príncipes; todos los cuales,
incluido el conde de París, comulgaron; recibieron
su bendición y escucharon con respeto su palabra.
Le ayudaron a misa el príncipe Czartoryski y su
hijo Augusto. Este, que se hizo salesiano tres
años después, dijo a don Juan Bautista Lemoyne que
los Orleáns hicieron tal recibimiento oficial a
don Bosco en París, como quizás no lo habían hecho
ni a Príncipes; y eso a pesar de que, como
observaba don Augusto, la casa de Orleáns guarda
con celosa reserva sus costumbres regias. A estas
manifiestas señales de fe y de piedad aludía don
Bosco cuando, al salir de París, dijo al que lo
acompañaba:
-Si hubiera en Francia al frente de la nación
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hombres como éstos, la religión tendría su puesto
de honor.
Se remonta a aquel tiempo el despertar de la
vocación religiosa en el príncipe Augusto
Czartoryski; el encuentro con don Bosco en el
palacio Lambert, morada ordinaria parisiense de la
familia, fue decisivo. También el Príncipe padre,
deseaba recibir a don Bosco en su casa, movido por
un pensamiento patriótico: quería él atraer la
atención del gran Apóstol turinés hacia la
desdichada Polonia, con la esperanza de que
enviara allí a sus hijos y a dondequiera que
hubiese colonias polacas en el mundo. Es sabido
cómo los polacos, para sustraerse al yugo de los
opresores, que habían dividido su país, se
dispersaron por naciones hospitalarias, dando
origen a una diáspora parecida a la de los Judíos.
El hijo Augusto, estimulado por una fuerza
misteriosa, pedía a su padre que hiciese ir con
tiempo al Siervo de Dios, antes de que estuviese
demasiado próxima su salida de París. En lo
secreto de su ánimo sentía ya el joven príncipe,
desde hacía unos años, una voz confusa, que le
llamaba a una vida de más unión con
1 Que esta visita fue en el H“tel Lambert lo
certificó en 1931 la princesa Blanca de Orleáns,
hermana de Margarita, como se aprecia en cartas de
marzo de aquel año, que se guardan en nuestros
archivos. Lo mismo fue confirmado por la marquesa
de Dresnay (Château du Cormier, Charente
Inférieure), que fortuitamente encontró una
medalla que don Bosco entregó a su madre en el
H“tel Lambert y acompañada por esta nota escrita,
que nos pone en conocimiento también de la fecha:
Bendecida por don Bosco el 18 de mayo de 1883.
(Carta a don A. Auffray, 15 de abril de 1934). La
misma señora había escrito, ya el 25 de marzo,
otra carta interesante acerca del encuentro de su
padre en casa del príncipe Czartoryski (Apéndice,
doc. núm. 53).
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