Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es16.191**) para llegar hasta usted sin lograrlo. Le suplico de rodillas que me dé esta esperanza para pasado mañana por la mañana y le guardaré eterna gratitud>>. No sabemos la fecha exacta de la visita que hizo a la escuela de Santa Genoveva, en la calle Lhomond. Era un gran colegio de Jesuitas, que tenían allí un instituto superior clásico, donde preparaban a la juventud especialmente para las academias militares. Después de la expulsión, los Jesuitas habían cedido el puesto a sacerdotes seculares, entre los que se hallaba el abate Odelin, con el cargo de capellán; sin embargo, el presidente de ministros, Jules Ferry, había autorizado para seguir en el colegio a dos celebridades, los padres Cosson y Joubert, a fin de que el instituto no perdiera el alumnado. El capellán Odelin, que tomó parte en el recibimiento y guarda todavía vivo recuerdo del mismo, cree que fue en mayo 1. Don Bosco se encontró con los alumnos reunidos en el locutorio. Como tenía ante sí a jóvenes de familias acaudaladas, les habló del gozo que nos proporciona ocuparnos de los desvalidos y les exhortó a cumplir siempre los deberes que les imponía su condición social, conservando intacta la fe de sus padres y de sus profesores. Al despedirse, el hijo de un general del Imperio, a quien el tartamudeo podía obstaculizar la carrera, se echó a sus pies como ante un santo, y, con acento que califica el capellán de inolvidable, exclamó: -Padre, confío en usted. Se lo suplico, ícúreme! Y le contestó don Bosco: -Hijo, confíe en Dios; ((**It16.222**)) pídaselo, y El le curará. Es una escena verdaderamente evangélica, pero que nos deja con el deseo insatisfecho de saber cuál fue el final. Desde allí llevóle monseñor Odelin a visitar el Instituto Católico. Durante el trayecto de diez minutos en coche, don Bosco ponderaba la importancia de la enseñanza superior, sobre todo para los sacerdotes, e hizo esta reflexión: -No hay nada más penoso para un sacerdote que tener que tratar con una conciencia enredada. Muchos estudiantes eclesiásticos y seglares rodearon familiarmente al <>. íLástima que nuestro Monseñor volviera en seguida a la calle Lhomond y dejara allí a don Bosco con el secretario! Hay otra visita, cuya fecha exacta ignoramos, a la que siguió un gran prodigio. En la calle SŠvres está la iglesia de Jesús, cerca de 1 Véase Semaine religieuse de París, 8 de febrero de 1930 y Bulletin Salésien, de mayo del mismo año. (**Es16.191**))
<Anterior: 16. 190><Siguiente: 16. 192>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com