((**Es16.185**) El
día 24 de mayo de 1883, coincidía con la octava de
Pentecostés, por lo que hubo de trasladarse la
fiesta de María Auxiliadora. Con esta fecha del
veinticuatro, la Semaine religieuse de Niza
publicó en su número del nueve de junio una poesía
sobre don Bosco y sus obras 1, que comenzaba con
esta pintura del Santo:
<>.
Con esta misma fecha del veinticuatro, le llegó
una carta de una señora parisiense, que por varios
motivos merece ser conocida. Se deseaba una visita
suya a Montmartre; cualquiera que fuese el
concepto en que se tuviera a la que la escribía,
aquella ida asumía en el pensamiento de los
promotores un carácter esencialmente demostrativo.
Es necesario anteponer alguna noticia histórica
para los que no son franceses.
La colina que domina el norte de París,
consagrada antiguamente al culto de Marte y de
Mercurio, cambió de nombre y de patronos, ((**It16.215**)) cuando
los protomártires de las Galias, encabezados por
san Dionisio, primer Obispo de la Lutecia de los
parisienses, la santificaron con su sangre; el
Mons Martis o Mons Mercurii se transformó en Mons
Martyrum. Al correr de los siglos aquel lugar fue
teatro de tantos y tales acontecimientos
religiosos y nacionales que llegó a ser
en 1896 había educado con todo el ardor a
veinticinco generaciones de oficiales (Corriere
d'Italia, 13-14 octubre 1896). Los cadetes
procedían en su mayoría de la escuela preparatoria
de Santa Genoveva, dirigida por los Jesuitas, de
la que hablaremos dentro de poco. El diario de
casa Sénislhac concluye con este último renglón:
<>.
1 Apéndice, doc. núm. 40.
(**Es16.185**))
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