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Después de la acción de gracias aquellos
señores fueron desfilando ante él, felices al
recibir una bendición, una mirada, una palabra.
Por último, proporcionó el consuelo de su visita a
la comunidad, ya que el cardenal Guibert le había
concedido la facultad de penetrar en la clausura.
Pero tuvo que entrar por una puerta secreta, pues,
de lo contrario, no habría bastado una hora para
atravesar la capilla. Hizo a las religiosas
reunidas una exhortación sobre la fidelidad a la
Regla; después, le fue presentada la antigua
superiora, madre María Kotzka Le Pan De Ligny, que
ya pasaba de los setenta años y estaba aquejada de
graves dolencias. Las Hermanas, que la querían
mucho, pidieron a don Bosco que prolongase su
vida. Ante una petición tan ingenua sonrió y,
recogiéndose un instante en sí mismo, contestó:
-Madre, ciertamente no es su deseo permanecer
todavía mucho tiempo en esta tierra; sin embargo,
tendrá que vivir todavía algún tiempo aquí abajo y
partirá cuando sus hijas le den licencia para
irse.
-íOh!, dijeron las religiosas; nuestra madre
nos verá a todas nosotras partir hacia la
eternidad; porque nunca le daremos permiso para
morir.
Y, sin embargo, nueve años después tuvieron que
dárselo.
Los sufrimientos de la Madre aumentaron tanto,
que su vida no era más que sufrir; por lo cual, no
resistiendo ya el corazón de las hijas a la vista
de tan prolongado martirio, pidieron al Señor
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tuviese a bien llevársela, y el Señor escuchó su
oración 2.
Pasó después a visitar a las alumnas del
colegio anejo al monasterio. Al ver a aquellas
buenas jóvenes, el Siervo de Dios, dice la
religiosa de la Visitación que nos ha transmitido
estas noticias, se puso en seguida muy alegre. Las
exhortó al cumplimiento de los deberes cristianos,
comenzando su discursito con este preámbulo:
-Recordad, hijitas mías, que hay un solo Dios,
que hay un solo paraíso en el cielo, que hay una
sola vida en esta tierra y que hay una sola alma.
El secretario apresuró la salida, porque un
gran número de sanos y enfermos alborotaban afuera
y parecía que querían derribar las puertas.
1 Le Monde, 17 de mayo de 1883.
2 El hecho es referido también en un opúsculo
anónimo titulado: Abrégé de la Vie et des Vertus
de la Vénérable MŠre Marie Kotzka le Pan De Ligny,
Supérieure du second MonastŠre de la Visitation …
Pais. Editado por el Convento.
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