((**Es16.140**)
-Ignoro y no quiero saber con quién tengo el
honor de hablar. Le aseguro que no intento ni
puedo hacerle creer lo que usted no quiere. No es
mi intención hablarle de religión, de la que usted
no quiere oír hablar de modo alguno. Dígame
únicamente: >>durante el curso de su vida ha
tenido siempre estos pensamientos en el corazón?
-Durante mis primeros años creía como creían
mis padres y amigos; pero, tan pronto como pude
reflexionar sobre mis ideas y razonar, di de lado
a la religión y me he puesto a vivir como
filósofo.
->>Qué quiere usted decir con esta frase: vivir
como filósofo?
((**It16.159**))
-Llevar una vida feliz; pero no hacer ningún caso
de lo sobrenatural ni de la vida futura, con la
que suelen los curas amedrentar a la gente
sencilla y de poca altura.
->>Y qué admite usted de la vida futura?
-No pierda el tiempo, hablándome de eso. De la
vida futura ya hablaré yo cuando me encuentre en
el futuro.
-Veo que usted bromea, pero, ya que me ofrece
el tema, tenga la bondad de escucharme. >>Puede
suceder que, en el futuro, caiga enfermo?
-Claro que sí, mucho más a mi edad, que la
siento atormentada con muchos achaques.
->>Y no puede ser que estos achaques pongan su
vida en peligro?
-Puede ser, porque no puedo eximirme del
destino que toca a todo mortal.
-Y cuando usted encuentre que su vida corre
grave peligro, cuando se encuentre en el momento
de pasar del tiempo a la eternidad...
-Entonces me animaré a actuar como filósofo y
no hacer caso de lo sobrenatural.
->>Y qué le impide pensar siquiera en aquel
momento en nuestra inmortalidad, en su alma y en
la religión?
-Nada lo impide, pero es una señal de
debilidad, que yo no quiero dar, porque me haría
ridículo a los ojos de los amigos 1.
-Pero, en aquel momento, usted estará próximo a
morir y no le cuesta nada atender a sí mismo y a
la paz de su conciencia.
-Comprendo lo que usted quiere decir; pero no
me siento con ánimos para rebajarme hasta este
punto.
-Pero, en aquel momento, >>qué puede usted
esperar todavía? La vida presente está para
acabar, de la vida eterna no quiere que se le
hable, >>qué será, pues, de usted?
Bajó la cabeza, callaba y meditaba. Ante aquel
silencio volví a tomar la palabra:
-Usted tiene que pensar en el gran porvenir;
aún tendrá algún instante de vida; si usted lo
aprovecha, si se sirve de la religión y de la
misericordia del Señor, se salvará, y se salvará
para siempre; de lo contrario, morirá como
incrédulo, como réprobo y todo estará perdido por
siempre para usted. Le diré las cosas todavía más
claras; para usted ya no queda otra cosa que
esperar sino la nada, (puesto que tal es su
opinión), o 2 un suplicio eterno, que le espera
(según mi creencia y la de todo el mundo).
((**It16.160**)) -Usted
me hace un razonamiento que no es filosófico, ni
teológico, sino un razonamiento de amigo, que yo
no quiero rechazar. Digo que, entre mis amigos,
sólo se discute de filosofía; pero nunca se llega
al gran punto: la eternidad infeliz o la nada.
1 Don Carlos Viglietti había escrito <>. La pluma de don Bosco
borró <> y puso: <>.
2 Don Carlos Viglietti había escrito <>.
(**Es16.140**))
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