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((**Es16.130**) mayo al secretario del Santo: <>. La otra señora era la mujer del célebre financiero Philippart. Después de encomendarse a don Bosco para que ((**It16.147**)) una persona querida se viese libre de una grave acusación, se dirigía al secretario para que lo informase si se conseguía la liberación, y le suplicase que continuara las oraciones para que, junto con los favores temporales, concediera Dios a su familia también gracias espirituales; mientras tanto enviaba un donativo a entregar en mano al Siervo de Dios y pedía una nueva audiencia 1. Había también obispos que escribían a don Bosco cartas de recomendación, para obtener que recibiese en audiencia particular a personas que necesitaban hablarle. Así monseñor Héctor Chaulet d'Outremont, obispo de Le Mans, le recomendaba muy encarecidamente a un diocesano suyo 2. Toda esta documentación demuestra que no se acudía sólo al taumaturgo, sino también, y tal vez más, al santo propiamente dicho, al hombre de Dios rico de luces celestes para orientar almas a la salvación. El mismo, sin guardar a que se lo pidieran, daba avisos oportunos con este fin; lo más frecuente era una palabrita sobre la confesión. En el mes de mayo, hubo una señora que, abriéndose paso entre el gentío, con toda la energía de un corazón materno desgarrado, llegó ante don Bosco y en el colmo de la desesperación le contó que su hijo, encargado de la contabilidad en una oficina del Gobierno, había sido arrestado por sospechoso con otros y llevado a la cárcel; que, al próximo 1 Véase Apéndice, doc. núm. 28. 2 Véase Apéndice, doc. núm. 29. (**Es16.130**))
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